El año pasado fallecieron 1.180 personas en accidentes de tráfico (datos a 24 horas en vías extraurbanas) de las cuales 211 iban en una motocicleta y 30 lo hacían sobre ciclomotores. Aunque sumando las cifras de los dos tipos de vehículos el número de fallecidos es menor que en 2017, todavía hay mucho trabajo que hacer. Más si tenemos en cuenta que en dos de cada tres accidentes en los que hay más de un vehículo implicado, el coche es el culpable.
No es un dato banal, y se repite año tras año. Según datos de la patronal de aseguradoras UNESPA, los accidentes de moto representan únicamente el 3,75 % de accidentes anuales de todos los vehículos a motor, pero todavía serían más bajos si, simplemente, los automovilistas se percatasen que realmente estamos también ahí fuera y compartimos su espacio.
Tampoco es que podamos señalar directamente con el dedo a los culpables. Todos tenemos en nuestra mano la posibilidad de minimizar el riesgo. Los que nos leéis sois todos (o casi todos) motoristas, pero seguro que alguna vez circulando en coche una moto os ha dado un susto porque no la habíais visto.
En un automóvil vamos más aislados de todo y, por lo tanto, más despistados. Si lo sabemos, nosotros como motoristas debemos hacernos lo más visible que podamos: ropa reflectante, señales luminosas o acústicas, evitar los ángulos muertos, etc. Pero sobre todo, practicar una conducción defensiva al cien por cien y ponernos siempre en la peor situación.
La mayoría de los accidentes de moto en los que el culpable es el coche se producen porque se saltan la prioridad, no nos han visto o bien no han calculado correctamente nuestra velocidad y el tiempo que tardamos en llegar hasta ellos. En un cruce, si vemos un coche parado debemos pensar que va a saltarse el ceda o el STOP. Al adelantar, que puede que él también haga la misma maniobra. En ciudad, fijarnos en conducciones anormalmente lentas o erráticas, son un buen indicativo de que buscan un sitio para aparcar, para girar o una dirección.
Muchos heridos pero la mayoría leves
Aunque las motos tienen menos accidentes que otros vehículos, lo cierto es que los conductores salen peor parados en un mayor porcentaje. Sin embargo, y siempre que vayamos correctamente equipados (sí, también para ir a comprar el pan), las consecuencias serán leves con lesiones de poca importancia en espalda, cervicales, hombros, quemaduras, rodillas o costillas (por este orden).
Este tipo de lesiones, según las estadísticas de las aseguradoras, suponen la inmensa mayoría de los accidentes, y por lo tanto las indemnizaciones son mínimas. Por ejemplo, los accidentes graves con secuelas y altas indemnizaciones suponen sólo el 0,2 % del total. Cabe recordar que no todas las coberturas del seguro cubren al conductor si se cae y no hay vehículo culpable a cuyo seguro reclamar.
Al final, los datos estadísticos reflejan la realidad, y lo que está claro es que al manillar de las motos debemos ser prudentes, anticiparnos al resto de conductores, tener un instinto de autoprotección que evite situaciones de peligro e ir siempre correctamente equipados: casco, guantes, chaqueta con protecciones, pantalones (si son vaqueros, de kevlar y con protecciones blandas) y botas que protejan hasta el tobillo y eviten que en caso de caída, se salgan de los pies por una hiperextensión de las extremidades.
Ender
Japan Rules!!COMENTARIOS