Gracias a unos niveles de calidad en el montaje realmente excepcionales, Brough Superior logró ser la marca más refinada y exquisita en todo el rico y diverso panorama británico previo a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, desde su nacimiento en 1919 había tenido que vivir con una polémica paradoja. Y es que, a pesar de su nivel, ésta usaba motores de proveedores externos. Así las cosas, en sus míticas SS80 y SS100 se montaban motores V2 de casi un litro comprados a JAP o Matchless según el caso.
Obviamente, estos eran altamente modificados y ajustados en la fábrica de Brough Superior para sacar las mayores posibilidades de los mismos. Un hecho que, no obstante, hacía imposible borrar de la mente lo extraño de dicha paradoja. Más aún cuando, a mediados de los años treinta, BMW lograba gracias al bóxer de su R5 con 494 centímetros cúbicos poner contra las cuerdas a los fabricantes británicos con sus motores de mayor cilindrada. Sin duda, una situación ante la cual se esperaba una reacción por parte de la “Rolls-Royce de las motocicletas”.
Y sí, la hubo, De hecho, en 1938 Brough Superior registraba al fin la patente de un nuevo motor con cuatro cilindros y 988 centímetros cúbicos. Un diseño tan atrevido como original en el que se buscaba eliminar todas las vibraciones posibles, dando una generosa entrega de potencia sin merma alguna de la máxima comodidad, silencio y eficacia. En suma, un verdadero hito de la ingeniería británica llamado a ser el corazón de un nuevo modelo previsto para los meses finales de 1939: el Golden Dream.
Aunque representaba el escalón más alto en la amplia gama motociclista británica, Brough Superior no contó con un motor de patente propia hasta la llegada de la Golden Dream
Brough Superior Golden Dream, la última motocicleta de la marca en sus tiempos clásicos
Más allá de su rendimiento o fiabilidad, lo que más impresiona del motor diseñado por Brough Superior es su propia concepción. Y es que estamos hablando de un motor que, según la marca, podría definirse como “vertical plano”. Dicho de otro modo, sus cuatro cilindros se disponen en forma de una H tumbada, horizontalmente unos encima de los otros y, además, engranados juntos por lo que se daban fuerza y empuje solidariamente.
Asimismo, en la búsqueda de una completa suavidad en el funcionamiento los pistones se movían al unísono. De esta manera se daba un contrapeso perfecto al funcionar de manera simétrica los de arriba con los de abajo, eliminando complejas inercias en los cigüeñales así como vibraciones primarias responsables de hacer altamente molesto el funcionamiento de multitud de motores. En suma, hablamos de un diseño que, en conjunto, parece haber unido dos motores planos uno sobre el otro. Eso sí, que esto no se confunda con un motor bóxer pues el movimiento de los pistones es totalmente distinto.
Dicho esto, en Brough Superior no dejaron a este motor sin el desarrollo de un bastidor a la altura, por lo que una nueva base -derivada en parte del chasis de la SS100- fue la responsable de hacer de la Golden Dream algo completamente nuevo. De hecho, este modelo iba a ser el sustituto de la SS100 como tope de gama aunque, finalmente, la llegada de la Segunda Guerra Mundial dio al traste con aquellos planes. Es más, al poco de fabricarse las primeras unidades -tan sólo cinco- estalló la contienda, haciendo que Brough Superior se dedicase a producir piezas para los motores de avión Rolls-Royce. Pura economía de guerra.
Desgraciadamente, antes del inicio de la entrada de Reino Unido en la Segunda Guerra Mundial tan sólo se fabricaron cinco unidades. Una de ellas sufrió graves daños en el incendio sufrido recientemente en el National Motorcycle Museum
Regresando a tiempos de paz, la otrora insigne marca no pudo regresar al mundo de las motocicletas, cada vez más masivo y con menos espacio para apuestas tan exclusivas como la suya. A partir de aquí, la Golden Dream quedó como el testimonio de una Brough Superior ya con motores propios y, dicho sea de paso, realmente exquisitos en su diseño mecánico. Hoy en día, una verdadera pieza de museo especialmente interesante para la historia industrial del Reino Unido.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS