Moto del día: Vespino GL

Moto del día: Vespino GL

Lujo en formato urbano y sencillo, fabricado en Madrid


Tiempo de lectura: 3 min.

El Vespino GL –por Gran Lujo– hacía su aparición en 1976. Para entonces, el modelo español –solo se fabricaba en España, en Madrid– ya era toda una institución y había superado las 100.000 unidades pocos años antes. Como característica más detacada del Vespino GL, podía mencionarse su asiento de dos plazas o los neumáticos que se montaban de fábrica, unos Pirelli en llanta de 18 pulgadas.

Los scooter, hoy día, son legión y, además, son vehículos que han alcanzado un nivel evolutivo sorprendente. Hace no muchos años, un scooter no era más que un vehículo de dos ruedas muy pequeñas, barato, fácil de conducir e idóneo para circular por vías urbanas. Las prestaciones eran las justas, lo mismo que la calidad –necesario para venderlos a un precio contenido–. Incluso la tecnología y las técnicas empleadas en los scooter eran básicas, con la idea de no disparar los costes.

Sin embargo, hay veces que aparecen vehículos que rompen con la tónica, como el Vespino. Invento español, o casi, el Vespino, que empezó a circular allá por la década de los 60, ponía al alcance de los usuarios un vehículo urbano mucho más innovador de lo que lo parecía a simple vista. Y sobre todo, ofrecía un detalle que no todos los vehículos de su tipo tenían: ruedas de elevado diámetro, algo que confería una notable estabilidad limitada, en parte, por unas suspensiones bastante simples. Los frenos también fueron uno de los elementos más criticados por su falta de potencia.

Poco a poco, el Vespino ganó popularidad, ganó versiones y ganó incluso prestaciones, aunque siempre dentro del segmento de los ciclomotores. En 1971 se alcanzaron las 100.000 unidades y en 1976 se lanzó el Vespino GL, que presumía de algunos cambios importantes, aunque no en frenos, pues se conformaba con un tambor delantero de 90 milímetros y otro tambor trasero que, en este caso, alcanzaba los 150 milímetros.

Vespino GL (2)

No estaba ahí lo realmente notable del Vespino GL, sino en su motor, un pequeño monocilíndrico de 49,77 centímetros cúbicos y poco más de dos caballos de potencia que, sin embargo, fue catalogado de “revolucionario”. Eso se debía a la presencia de cosas como un encendido electrónico –firmado por Femsatronic–, un sistema eléctrico de seis voltios, así como un llamativo bloque de resina termoestable que contenía los elementos montados en el estator y los del conmutador. La alimentación, por su parte, corría a cargo de un carburador de 12 milímetros y de una válvula rotativa.

La transmisión es básica en cualquier scooter: variador de rodillos y embrague centrífugo, unidos por una correa trapezoidal y cubierto todo ello por una tapa de plástico.

Detalles que se vestían con una carrocería sumamente sencilla, elegante y plenamente reconocible como un Vespino, aunque, todo sea dicho, el manillar se tomaba de la Vespa, al igual que el faro y el velocímetro.

Si tomamos como referencia las revistas de la época, nos encontramos que la conducción del Vespino GL se caracterizaba por una notable suavidad y por un elevado confort, gracias a un asiento muy mullido y grande. Faltaba un poco de brío, culpa de la presencia de un embrague centrífugo, aunque totalmente aceptable por el elevado confort que otorgaba.

También se destacaba el consumo, con una cifra de poco más de 2,5 litros cada 100 kilómetros. Con un depósito de 3,3 litros, la autonomía se iba por encima de los 110 kilómetros. Eso sí, kilómetros que se recorrían a no más de 40 kilómetros/hora.

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Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

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