Moto del día: Bultaco Junior

Moto del día: Bultaco Junior

Pensada para ser usada por un público adolescente, estuvo muy presente en multitud de autoescuelas españolas


Tiempo de lectura: 4 min.

El caso de la Bultaco Junior es bastante ilustrativo respecto a lo que ha significado – y significa – el motociclismo para una gran cantidad de jóvenes. Jóvenes atraídos por el mundo del motor desde muy pequeños, fascinados por la posibilidad de conducir aunque limitados por el acceso al automovilismo fijado en los 18 años. De esta manera, cuando ya con 16 pueden subirse a un vehículo de dos ruedas con la cilindrada limitada quedan automáticamente fascinados por lo que éste supone, dándoles el primer fogueo con lo que supone salir a la vía pública.

Respecto a esto, en la España de los años sesenta un adolescente de 16 años ya podía subirse a un modelo con hasta 75 centímetros cúbicos si sacaba el antiguo carnet A1 en el lugar correspondiente. Es por ello que fabricantes como Bultaco comenzaron a fijarse en el nicho de mercado que esto suponía, siendo además una excelente vía de fidelización de nuevos clientes, ya que mientras la mayoría usaban el ir a dos ruedas como un paso previo a ir sobre cuatro, otros muchos quedaban ya prendados para siempre de la afición por el motociclismo.

Así las cosas, en 1966 se presentó la Bultaco Junior con el afán de conquistar el segmento más joven del mercado. Y bueno, aunque su venta fue dispar según los territorios la verdad es que este modelo estuvo en producción toda una década. Además, independientemente de haberla tenido como propia o no, multitud de moteros seguramente la recordarán ya que gracias a su escueto tamaño y fácil manejo fue una de las monturas más populares en las autoescuelas españolas de los años sesenta y setenta a la hora de sacarse el permiso de ciclomotor.

bultaco junior (2)

Una de las ventajas comerciales de esta montura fue la capacidad de fidelizar a nuevos clientes que, al cumplir más años, se pasaron a modelos de la misma marca pero más potentes

Bultaco Junior, un icono emocional

Por razones obvias, todo modelo que se haya prodigado en las autoescuelas pasa a ocupar un hueco de honor en el panorama sentimental de los aficionados. Algo que se ve rápidamente al hablar con aficionados de según qué edad, los cuales suelen recordar a la Bultaco Junior con cariño y simpatía. Además, uno de los atributos a favor de ella es su parecido a los modelos superiores. Es decir, la Junior recordaba claramente a las ya conocidas Bultaco con detalles como esa pieza de suave diseño hecha en fibra para cubrir parte del chasis.

Respecto a la mecánica en general puede decirse que la Bultaco Junior se definió por un motor monocilíndrico de dos tiempos refrigerado por aire. A partir de aquí las cilindradas variaron entre la más popular – y necesaria para su cometido – de 74 centímetros cúbicos, los 100 cm3, los 125 cm3 e incluso los 150 cm3.

Llegados a este punto, de la Bultaco Junior aparecieron múltiples combinaciones de mecánica y acabados para producir hasta 11 variantes diferentes. Una genealogía compleja en la que existen más sombras que luces, encontrándose datos contradictorios y confusos. Y es que la producción de aquellos tiempos no era como la de ahora, produciéndose constantes zonas medias entre una serie y otra debido al uso de componentes según la disponibilidad o la necesidad de gastar recambios almacenados en la fábrica.

bultaco junior (1)

Aunque no fue una verdadera récord en ventas, al estar en tantas autoescuelas es muy recordada por la afición más veterena

Por todo ello, cuando se habla de la Bultaco Junior lo más normal es dar los datos de la versión 20. La primera en aparecer, y por cierto la más fiel a los principios comerciales que rigieron la aparición de este modelo. Un modelo con 7 CV a 7.000 revoluciones por minuto para mover sus 72 kilos de peso con un máximo autorizado de 232 según la ficha correspondiente del Ministerio de Industria. Desgraciadamente no hemos podido hallar datos fiables respecto al par o la velocidad punta. Pero, en fin, la Bultaco Junior no era precisamente un modelo creado para ser prestacional. Lejos de ello, su fin fue dar a muchos jóvenes la primera experiencia a dos ruedas con motor. Un hecho que la hace, aún a día de hoy, estar en el panorama sentimental de la afición a pesar de no contar con elementos mecánicos o de diseño realmente destacables.

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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