La Honda CBR400F puede ser, quizá, una desconocida, pues resulta más famosa y más, digamos, pasional, la CBR400RR. Sin embargo, esta última llegó después de la F, que por cierto, aunque luce el mítico nombre de CBR, es una “desnuda”, una naked.
Honda creó la CBR400F con la próxima generación de carreras de 400 centímetros cúbicos, la cual, había ganado mucha popularidad por aquellos años. En Japón, las motos de 400 centímetros cúbicos son muy populares por la tipología de carnets –hay cuatro categorías, entre las cuales, se distingue claramente entre scooter y moto convencional, por ejemplo–.
Era una moto que nunca llegó a Europa de forma oficial, solo se vendió en Japón y allí, reemplazó a la honda CBX400F. De hecho, tomaba esa misma moto como punto de partida, cuyo motor estaba refrigerador por aire, pero escondía un sistema que, seguramente, les sonará a mucha gente, aunque entonces se llamaba REV, acrónimo de Revolution Modulated Valve Control.
Básicamente, es el abuelo del famoso VTEC de Honda, un sistema que permitía pasar de dos a cuatro válvulas según las revoluciones del motor. Gracias a ello, presumía de 58 CV a 12.300 revoluciones. No obstante, la moto no era todo lo ligera que debería, pues según los datos oficiales, pesaba 174 kilos.
Se vendieron casi 25.000 unidades y se convirtió en la más popular de su categoría en 1984. Medio año después, apareció la Honda CBR400F Endurance, una versión con semi carenado muy parecida a la que corría en resistencia. Pero no quedó ahí la cosa, pues unos meses más tarde, cuando se levantó la prohibición de carenados completos, se lanzó una edición limitada a 4.000 unidades.
Las unidades con carenado lucían la leyenda “F3”, pero según algunos medios de Japón no era “una F3” –la Fórmula 3 llevaba semicarenado y ponía en el mismo la leyenda “Fórmula 3”–. Bajo el carenado, pocas cosas cambiaban con respecto a la CBR400F, aunque montaba llantas de fundición de aluminio, lo que permitía anunciar dos kilos menos de peso.
Como solía ser habitual en aquellos años, la llanta delantera era de 16 pulgadas –la trasera era de 18 pulgadas–, aunque, curiosamente, los neumáticos eran iguales en las dos ruedas, con medidas 100/90. Horquilla convencional de barras visualmente muy delgadas, un chasis con tubos igual de finitos a simple vista y una estética superochentera. Personalidad a raudales para un modelo totalmente desconocido, o al menos muy desconocido en Europa.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS