La historia está hecha para repetirse y recuperar esos icónicos modelos que en el pasado se han convertido en tradición y emblemas de una de las firmas más laureadas del mercado. Cuando se habla de Royal Enfield, lo primero que se evoca es la trayectoria de una firma que desde sus inicios, allá por 1901, no ha dejado de producir en serie modelos que han copado la lista de motos más vendidas. Ahora, más de un siglo después de su creación, se han atrevido a adentrarse en el mercado eléctrico y lo hacen con la Flying Flea, una denominación que en el pasado les hicieron brillar como nunca.
Con ciertas reminiscencias al pasado, ese donde la firma británica se dedicó a servir al ejército nacional durante la Segunda Guerra Mundial, llegaba un modelo que la ligereza era su principal novedad. La pulga voladora, que era como se le conocía tradicionalmente a la Airbone de 125 cc, un nombre que ya dejaba caer que llevarla era ir como si estuvieses volando, se dedicó al campo de batalla. Lo hacía por el aire, lanzadas desde los helicópteros militares para que los soldados pudiesen desplazarse libremente, sin muchos problemas. Era pequeña, pero como se dice vulgarmente, matona y no por las vidas que se cobró en ese periodo histórico, sino por las prestaciones que ofrecía.
Lanzada desde el aire, ese amasijo de hierro forjado, llegaba a tierra en un paracaídas que era su mejor carta de presentación y era el mejor medio de comunicación en un momento para olvidar de la sociedad. Ahora, la marca ha decidido recuperarla y lo hace como si fuese un subgrupo dentro de la firma, siendo la referencia dentro de la corporación de motos eléctricas, todo ello, manteniendo la clase y el diseño retro y futurista que tanto sorprendió en el pasado.
![Royal Enfield Flying Flea (1)](https://motos.espirituracer.com/archivos/2025/02/royal-enfield-flying-flea-1.webp)
Bien es cierto que para ver sus primeras motos sostenibles tendremos que esperar, pero lo que hace pensar su carta de presentación es que la ligereza estará presente desde el inicio. El primer prototipo, denominado C6, viene con un chasis de doble cuna ininterrumpido y horquillas de aluminio y lo hace con algunos toques al pasado que no quieren dejar de la mano. Esto viene con una horquilla tipo Girder, que bebe de ese pasado que tanto le ofreció y que no quiere dejar atrás con su primera moto. La parte trasera no es tan sofisticada y van a lo seguro, con un basculante tipo cantilever con un amortiguador simple.
En Royal Enfield saben que van tarde, pero no les importa. Van con calma y paso firme, y por ello, ahora están desarrollando su propia plataforma en la que pondrán todo su arsenal. Entre las novedades que pretenden lanzar se encuentran las actualizaciones inalámbricas o OTA (Over-The-Air), las cuales, permitirán que se pueda arrancar la moto desde el móvil y actualizarla sin muchas complicaciones. En cuanto a la instrumentación no aporta nada del otro mundo que no hayamos visto ya en este tipo de modelos, y seguirá contando con el ABS en curva, control de crucero o una pantalla TFT táctil entre otros elementos.
Son bastantes las dudas sobre su motor y la batería, la cual sería de magnesio y así será más ligera la moto, algo que en el caso de las motos eléctricas se agradece. Por el momento, se desconoce la potencia y rendimiento de la Flying Flea C6, y tendremos que esperar a 2026, fecha en la que se espera que llegue al mercado o quizás lo hace antes, que tienen experiencia en lanzar motos sin avisar. Lo que es evidente es que desde la marca quieren innovar, a su ritmo, pero con la calidad que siempre les ha acompañado.
Alejandro Delgado
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