En la conducción de cualquier motocicleta, desde un ciclomotor de los de antes, como un Vespino de 45 kg, a una Harley Davidson ElectraGlide de 375 kg, es imprescindible aplicarlo. Muchos conductores desconocen completamente que existe, cuando es así y lo explicas, suena como algo desquiciado.
¿Qué se puede pensar cuando te dicen que a partir de determinada velocidad cuando giras el volante de un coche a la derecha, girará a la izquierda? Suena antinatural, pero no es “un truco”, ¡es como funciona una motocicleta!
Resumiendo mucho, el contramanillar rompe la estabilidad de la motocicleta aprovechando la fuerza giroscópica de las ruedas, efecto enormemente potente, para inclinar y por tanto girar. Si has montado en bicicleta, como mínimo te va a sonar:
Me gusta ver cómo en los aviones se aplica el giro inclinando los planos, es decir, las alas. Para quien no lo sepa, los aviones tienen los timones de profundidad y dirección en la cola, para ascender, descender y para girar, pero el de dirección concretamente no se usa para esto en vuelo. Se usan los alerones, en el extremo posterior de las alas para rotar el aparato sobre su eje longitudinal, hacer caer un ala y subir la otra (alabeo), y de esta forma el aparato inicia el giro.
Se puede forzar, alterar o equilibrar usando el timón de dirección, pero usando aisladamente los alerones con ligeras correcciones de altura con el timón de profundidad se cambia de dirección el aparato. De hecho el “volante” o palanca que mueven los pilotos girando o inclinando de izquierda a derecha actúa sobre los alerones. Para usar el timón de dirección hay que actuar sobre unos pedales. Con el timón de dirección, con los pedales, el avión gira sobre su eje vertical pero tiende a derrapar, a ir de lado, pero cambia de direccion pero de forma poco eficiente.
En la moto hacemos lo mismo con el contramanillar, obligamos a perder la estabilidad, provocamos la inclinación y conseguimos así girar. A partir de cierta velocidad, que ronda los 20 km/h, la dirección deja de comportarse, como es evidente, de como lo hace por debajo de esta velocidad, debido al efecto giroscópico. Cuando aparcamos o hacemos giros cerrados a muy baja velocidad está claro que giramos la rueda a la izquierda y la motocicleta toma esa dirección, ídem a la derecha.
A partir de esos 20 km/h, con más nitidez y estabilidad a unos 40 km/h, si giramos a la izquierda, la moto “cae” e inicia el giro a la derecha de forma clara y contundente. Esto no es opcional, lo hacemos TODOS LOS MOTORISTAS, desde el que coge por primera vez una moto a Marc Márquez.
Solo hace falta llevarle la contraria, verás lo que pasa.
Para muchos será la primera vez que escuchen hablar de esto, y pensarán que llevan toda la vida conduciendo sin necesidad de saberlo a plena satisfacción. A veces, hasta que pruebas algo mejor, crees que no existe nada que lo supere y te llevas una enorme sorpresa.
Se puede llevar una moto sin contramanillar, pero…
¿Cómo hacen sin conocer esto, y yo mismo en su día, para conducir sin matarse? Por pura intuición.
Digamos que el cerebro viene a entender que, con suavidad y desplazando los hombros o aplicando carga al manillar de una forma u otra, la moto gira, suficiente, el cerebro ejecuta y la cosa sale, y de hecho estamos haciendo de forma inconsciente un contramanillar. Lo tapamos con frases del estilo “cargo peso en el manillar”, o “empujo con el hombro”, “piso la estribera”, “me tumbo”… pero es un parche que oculta un agujero muy profundo y desconocido, ya que ignorando qué estamos haciendo en cualquier momento puede llegar la catástrofe.
Muchos conductores han sufrido accidentes por este desconocimiento. Cuando las cosas salen bien, con tranquilidad, todo va más o menos rodado, pero jamás serás realmente rápido ni tendrás el control de la moto si no conoces y usas el contramanillar.
Muchos accidentes se resumen en un “recto” o choque aparentemente inevitable para el conductor
Caso típico: curva que nos sorprende siendo más cerrada de lo normal, de forma consciente giramos en el sentido de la curva de forma contundente. La moto se irá recta, cuando no claramente al sentido contrario, como si una fuerza maligna estuviese tirando de la moto hacia el desastre. Y así es, pero no hay más fuerza que las de tus brazos, efectuando un contramanillar que obliga a la moto a obedecer en contra de lo que la razón dicta, giro a la izquierda y la moto hace lo contrario se va a la derecha y al revés.
Esto da mucho miedo, pero me encontré muchos casos; yo mismo sufrí esto.
De chaval, con los ciclomotores, dada su ligereza, estos se dejan llevar solos, las fuerzas y velocidades no suelen comprometer al conductor. La primera vez que me dejaron una moto de verdad, nada menos que una letal Yamaha RD 350 LC, cuando fui a dar la primera curva me invadió el vértigo al notar cómo la moto no obedecía. Ahora lo pienso, y no sé cómo salí de aquella…
Expongo cuatro casos, todos con motocicletas muy dispares entre sí:
Caso 1: la Ducati Monster
El hermano de un amigo tuvo una experiencia muy traumática a bordo de un coche, con el que tuvo un grave accidente por una avería mecánica, de modo que temía a un fallo inesperado de la máquina, conducía con miedo. En esta situación, quizás para superarlo, se compró una Ducati Monster, una motocicleta muy ágil, pero exigente con el piloto; irá donde tú le digas, pero hay que ordenárselo firmemente.
Rodando en grupo con él, pasamos por una glorieta muy amplia, que hicimos de frente. Aún entrando a velocidad muy moderada, noté cómo precisó de todo el ancho de la misma para hacerla prácticamente recta, saliendo de la misma peligrosamente cerca también del arcén derecho y de la barrera a su salida. Le vi enormemente tenso, muy apurado.
Al poco rato nos surgió un imprevisto en el que tuvimos que separarnos, pero acordamos vernos más tarde. Antes de continuar me acerqué a él, sin confianza, ya que nos habíamos conocido minutos antes, y le pregunté: “¿Sabes lo que es el contramanillar?”
Me respondió que no. No le di tiempo a pensar demasiado, le expliqué lo siguiente:
“Te parecerá una locura, pero una vez en marcha, para que la moto gire a la izquierda tienes que girar el manillar a la derecha, y viceversa. No estoy loco, solo tienes que probarlo, en una recta, en el centro del carril, haz fuerza para girar a la izquierda y verás cómo la moto se tumba y gira a la derecha, y exactamente al revés, cuando gires a la derecha la moto caerá e iniciará el giro a la izquierda. Pruébalo, no pasa nada.”
Y con la misma cara de estar hablando con la bruja Lola recomendando poner dos velas negras para echar mal de ojo a alguien, me fui.
Al cabo de poco más de una hora nos encontramos de nuevo, y entusiasmado se fue hacia mí y me dio efusivamente las gracias. Lo estaba pasando muy mal, no conseguía circular con la moto mínimamente seguro, aún a velocidad moderada se le hacia algo complicadísimo, y de repente se le hizo la luz con el famoso contramanillar. Fue para mí algo muy bonito y tranquilizador, era carne de asfalto tal y como iba.
Caso 2: la Harley-Davidson
Un familiar se compró una Harley-Davidson Road King. Para que se hagan una idea, una similar a la Fatboy que montaba Terminator en la primera película, de las grandes, 1.450 cc, 362 kg y ruedas gordas en ambos ejes. La probé y noté rápidamente que era una moto muy física, que obligaba a hacer fuerza de forma consistente en los anchos manillares, aún con el gran brazo de palanca que proporcionaban.
La misma pregunta, la misma cara de estupefacción e incredulidad al explicarle el contramanillar, de hecho me lo rebatió (al de la Ducati no le di tiempo…). Tan solo le dije: “pruébalo y me dices”. Con varias motos a sus espaldas de los mas diversos tipos y cilindradas, igualmente descubrió una nueva dimensión del motociclismo.
Caso 3: la SYM Joymax 300
Un vecino cambió su ligero y agil scooter Yamaha X-MAX 250 con muchos más de 50.000 km por un más aburguesado, capaz, carrozado, amplio (tiene todo un maletero) y pesado SYM 300. Los maxiscooters de este tipo, con sus 192 kg, evidentemente carecen de la agilidad de aquellos mas compactos y ligeros. Están diseñados para ciudad principalmente, son en general manejables y ratoneros, es una premisa que tienen clara los fabricantes. Preguntándole por el estreno del nuevo aparato, se quejó claramente por su pesadez y torpeza.
A la pregunta del millón de dólares… tampoco conocía al Sr. Contramanillar. Este amigo y vecino tiene muchos años y kilometros a sus espaldas, y al aplicarlo de nuevo se hizo la luz, el scooter dejó de ser torpe.
Caso 4: MonkeyBike 110D
Se trata de una réplica china de la Honda ST70 Dax llevada a cabo por MonkeyBikes, que usé un par de años, la usaba para ir a trabajar y la guardaba ¡en el trastero! Es una motocicleta muy peculiar, con ruedas de 10”, las mismas que montan las Vespas clásicas, con una distancia entre ejes diminuta (1.035 mm), vas sentado sobre la rueda trasera.
Estas motos las usaban para llevarlas en las caravanas y autocaravanas, los manillares se pliegan y las primeras versiones se llegaba a separar la horquilla delantera completa, pesan unos 64 kg (la MB 78 kg), se podía cerrar el respiradero del deposito para evitar derrames y transportarla tumbada. El apodo “Dax” hace referencia al perro de la raza Dashound, el perro salchicha, por la forma del chasis.
Así descrita parecía un juguete y con una clara capacidad ratonera. Pues nada mas lejos de la realidad
Me costaba horrores hacer de forma fluida una rotonda, aún despacio. Por alguna razón, influido por sus dimensiones y ruedas, me empeñé en tratar de conducirla de forma diferente, y resulta que únicamente a base de hacer uso intensivo del contramanillar se podía domar a la bestia de los 78 kg y 7 caballos. Increíble, pero cierto, justo por montar ruedas pequeñas y girar estas mucho mas rápido de lo habitual para otras medidas a la misma velocidad lineal (una de estas ruedas tiene que dar dos vueltas para recorrer la misma distancia que otra de tamaño normal/alta) resulta que el efecto giroscopico se genera a menor velocidad. Donde otra moto se maneja de forma “normal”, como un coche, esta no, ya obliga al contramanillar y de forma muy intensa.
Si me vieseis descolgándome, sacando rodilla, apoyando peso en la estribera… mil experimentos, cuando tenia en mis manos la respuesta. Aplicado el contramanillar en su dosis correcta, pasó a ser un auténtica perra salchichera.
¿Una cuestión de peso?
Espero que con esto quien desconociese el contramanillar descubra una nueva, espectacular y -sobre todo- segura forma de circular en motocicleta.
Es un error pensar que por defecto una motocicleta grande o pesada es mucho mas difícil de conducir. Es una cuestion compleja en la que intervienen muchos factores como la distancia entre ejes o el lanzamiento de horquilla, pero, como con el peso, puede no ser relevante.
Todas se conducen a base de contramanillar, pero en unas obliga a ejercerse de forma inapreciable, como con las exitosas BMW R 1200 RT/GS, que tienen geometrias que hacen que con insinuar sobre los manillares, literalmente con un dedo, parece que solo con pensarlo la moto gira.
En cambio, una moto muy similar en peso y distancia entre ejes, como la Honda PanEuropean, si bien en autopista va sobre railes -parece el AVE-, en cuanto a estabilidad lineal (a alta velocidad es otro cantar), en carreteras de montaña exige un contramanillar tremendo para inscribirla en curva, de otro modo no obedece.
Como ya he comentado, una motocicleta diminuta como la MonkeyBike o una Honda Monkey 125 tiene el mismo comportamiento que la PanEuropean, todo es cuestión de diseño.
Todas se dejan llevar, con mayor o menor esfuerzo la “milagrosa” BMW a ritmo fuerte, curva-contracurva, hay que hacer mucha fuerza para cambiar de dirección cuando las cosas estan apuradas, cuando hacerlo tarde significa no entrar en la siguiente curva. También pasa con los neumaticos gastados o con las presiones bajas, se destruye esa agilidad y se convierte en un trasto rebelde y caprichoso.
Esto, como escribir a máquina o montar en bicicleta, una vez asumido, sale solo, no hay que estar pensando en ello
Aprendido esto, ahora sí, ese gesto de dejarte caer con el cuerpo hacia el interior tiene todo el sentido. Te apoyas en el puño que se orienta hacia la curva, de forma que lo empujas hacia adelante, a la par que te “cuelgas” del puño contrario tirando hacia atrás del mismo, ya estas haciendo un maravilloso contramanillar.
Envidio sinceramente a quien ahora descubra esto, es como la primera vez que montas fluidamente en bicicleta, una sensación mágica e irrepetible.
Seguiremos matizando cómo usarlo, antes y después del giro.
Convertidordepar
Con 14 años, castigado en clase sumergia en un Arias-Paz de 1959, mi trabajo se desarrolla sobre moto y coche, siempre que puedo en moto, la seguridad vial es mi prioridad.Media vida el contramanillar !!! en mi larga K 1200 S si no lo haces te vas a la cuneta fijo…pero una vez te acostumbras es mano de santo. No sé si has comentado que también se puede hacer para “destumbar” y recuperar la verticalidad original
A mi me llama la atención oir sandeces como “el contramanillar es una técnica de circuito” o “se usa en motos deportivas, en las grandes no se puede hacer” Y claro, luego ves lo que ves, gente con flamantes motos de 300kg haciendo rectos o tomando las curvas a machetazos.
Yo tengo una RT, y si tienes bien interiorizado el tema del contramanillar, la transferencia de pesos etc es sorprendente como se puede llevar. PAra que luego llegue algún ingeniero de barra de bar a decir “esas motos tan grandes se van rectas”
Enhorabuena por el artículo y por la experiencia que transmites, ahora ya sólo falta explicar a la gente qué ocurre cuando se usa el freno delantero, trasero o ambos, incluyendo si se lleva paquete, no, si se tiene inclinada la moto, etc.
El contramanillar debería enseñarse en la escuela, pues aplica a cualquier vehículo de dos ruedas.
Un saludo
Muchas gracias.
Si, me parece básico, fundamental para circular seguro. A muchos quizás habría que empezar por quitarles el miedo a tumbar, ya que será el primer efecto del contramanillar, y asustará a más de uno, conocer los límites de la moto debería ser de obligado cumplimiento. No hace falta caerse, pero entender que inclinarse no es sinónimo de posible caída, sino de aprovechar las prestaciones de la parte ciclo es algo muy saludable.
La frenada, en el próximo artículo.
Y será complicado…