No ha sido una década fácil para MV Agusta. Del cielo a casi desaparecer en un breve espacio de tiempo. Salvada in extremis por fondos de inversión rusos (Black Ocean Group y Comstar Invest), acaban de anunciar que cuentan con la financiación necesaria para los próximos cinco años.
Pero debemos ir más allá de la simple nota de prensa lanzada por MV Agusta (y sobre la cual hablaremos al final). Quizás sea más importante saber el porqué llegaron al extremo de estar en verdaderos aprietos financieros cuando a mitad de esta década todo parecía ir viento en popa.
MV Agusta siempre ha sido una marca exclusiva. Bueno, siempre no. Al comienzo de esta década, en 2010, las ventas de la marca italiana eran de aproximadamente 2.000 motocicletas al año. Pero de repente la directiva de la empresa decidió volverse más popular. Comenzó a lanzar más y más versiones además de motos más económicas (algo por encima de la competencia pero justificable por la calidad de sus componentes).
Esto llevó a MV Agusta a vender, en sólo cinco años, 9.000 unidades al año. Eso es hacer que la producción se multiplicara casi por cinco y llevó a varios problemas: lo que se ganaba por cada moto era menos, había muchos más costes indirectos y además las motos empezaron a presentar problemas de fabricación (seguía siendo una fábrica artesana pero con unos plazos que cumplir que no cumplían).
Y las tramitaciones de garantía tampoco funcionaban demasiado bien, algo que hacía que el cliente estuviese descontento y hablase mal de la marca. Se puede decir que MV Agusta casi murió por su propio éxito.
Es por ello que Giovanni Castiglioni decidió volver a los orígenes, es decir, crear motos más exclusivas y caras. De todos es sabido que con ello, el margen de ganancia es mayor (que se lo digan a Porsche por ejemplo). Además los clientes acaudalados no se ponen nerviosos cuando su pedido tarda en ser servido porque lo están fabricando casi a mano. Para ellos es un sello de distinción.
Pero la decisión llegó tarde y MV Agusta ya estaba muy tocada financieramente. El agujero se hizo mayor cuando decidieron recomprar además el 25% que estaba en manos de Mercedes-AMG. Y ahí es cuando hacen acto de presencia los petrodólares rusos (mejor petrorublos) con Timur Sardarov a la cabeza.
Tras la inyección de capital y el acuerdo llegado con Loncin para que MV Agusta pueda lanzar modelos más económicos en Asia y que se puedan traer a Europa pero a un menor coste (algo parecido a lo que ha hecho KTM, BMW y va a hacer Triumph, por ejemplo), MV Agusta se ha reestructurado por completo.
Lo primero, asegurar una financiación hasta 2025 (cinco años), pero que a Giovanni Castiglioni no le ha salido gratis ya que ha dejado de ser CEO de la marca y ahora únicamente ejercerá como asesor. El máximo responsable será el propio Timur Sardarov que además ha escogido a Massimo Bordi como Vicepresidente Ejecutivo, y Paolo Bettin como nuevo Director Financiero.
¿El objetivo después de estos cinco años? Nada menos que alcanzar 25.000 motos al año. Esto nos lleva a pensar, ¿pero no fue precisamente el gran volumen de ventas su problema hace precisamente cinco años? Sí, pero con la salvedad de que gran parte de esas motos serán fabricadas y Asia y vendidas allí mientras que otra división de MV Agusta seguirá creando modelos exclusivos y caros que, al final, serán los que sigan manteniendo ese halo de exclusividad.
Ender
Japan Rules!!COMENTARIOS