Como sabéis quienes seáis lectores habituales de la Moto del Día, en nuestros textos nos gusta buscar los inicios de cada motocicleta incluso en sus raíces más pretéritas. De esta manera, solemos irnos siempre atrás en el tiempo aportando datos sobre el mercado o la historia empresarial de la marca correspondiente. Sin embargo, hoy vamos a hacer esto mismo a un nivel superior. En primer lugar porque, aunque la Dan Gurney Alligator se lanzó en 2002, vamos a situar sus inicios en 1960. Y en segundo porque, en vez de buscar sus razones en la evolución de la demanda o la tecnología, nos adentraremos en razones personales tanto físicas como psicológicas.
Dicho esto, hemos de poner en mente una de las imágenes más icónicas para la historia de la F1 durante los años sesenta. La del joven Dan Gurney con su mono manchado de sangre, saliendo por su propio pie del circuito holandés donde un accidente le acaba de fracturar un brazo al tiempo que segaba la vida de un espectador. Sin duda uno de los momentos clave en la carrera de este histórico piloto estadounidense, quien desde aquel día empezó a cultivar una sempiterna desconfianza hacia los ingenieros debido a que, lo ocurrido durante aquella carrera en el freno de su BRM, él ya lo venía advirtiendo desde hacía tiempo.
Así las cosas, más allá de pilotar – por cierto de una forma fluida y elegante además de ganadora – Gurney se tomó seriamente aquello de poder diseñar sus propias máquinas de competición. Además, como también se ve en la instantánea mencionada, este hombre destacaba por su generosa estatura. De hecho, revisando fotografías del Ford GT40 – con este modelo en su versión MK IV ganó Le Mans en 1967 – puede intuirse si va conducido por Gurney según se perciba o no un abombamiento en la zona superior de la puerta izquierda. Justo el hueco necesario para albergar el casco de este hombre sobresaliente tanto en talla física como competitiva. Ahora, ¿cómo remediar lo relativo a la altura en una motocicleta? Bueno, su respuesta llegó ensayando con la fórmula de tender los pies hacia adelante y bajar todo lo posible la postura de conducción.
El motivo por el cual Gurney comenzó a sopesar este diseño fue su no adaptación a la postura de conducción exigida por las motocicletas debido a su generosa estatura
Dan Gurney Alligator, retomando un concepto antiguo
Aunque la Dan Gurney Alligator pueda parecer un futurismo basado en la querencia por crear una motocicleta donde la estatura no represente un problema – Gurney empezó a desarrollarla justo por este motivo – , lo cierto es que tiene precedentes muy antiguos. De hecho, a las primeras monturas de dos ruedas con los pies hacia adelante se les puede seguir la pista desde finales del siglo XIX. Obviamente no prosperaron, pero ahí quedaron dando testimonio de lo prolíficos que pudieron llegar a ser aquellos primeros tiempos marcados por la experimentación.
Ahora, aprovechando su participación en la dirección del equipo y preparador All American Racers, Gurney fundó una división motociclista del mismo de cara al desarrollo de la Dan Gurney Alligator. Y es que su gestación no fue precisamente rápida. De hecho se tardaron años en culminar el diseño definitivo presentado en 2002, habiendo sido precisos hasta seis prototipos diferentes testando todo tipo de elementos a través de días y días de pruebas ejecutados por aficionados, pilotos profesionales e ingenieros. En suma, aunque su diseño pueda parecer una salida por la tangente esta motocicleta está mucho mejor concebida de lo que se pudiera pensar.
Respecto al chasis, además de propiciar un centro de gravedad extremadamente bajo para ser una motocicleta – algo obvio debido a la posición donde se alberga el trasero de la persona al mando – éste gozaba de un bajo peso debido al uso del cromolibdeno. Todo ello carenado en fibra de vidrio y propulsado por el motor de una Honda XR650 ajustado a 710 centímetros cúbicos y 70 CV de potencia para mover los 145 kilos dados por el conjunto.
Más allá de su excelente carrera como piloto de automovilismo con palmarés en F1, Indy Car o Le Mans este norteamericano fue un diseñador avezado que incluso registró patentes relacionadas con la aerodinámica
En el apartado de la producción, la Dan Gurney Alligator se fijó un objetivo marcado en tan sólo 36 unidades. Objetivo que siquiera el propio fabricante señala si se cumplió o no, aunque sí sabemos que la evolución anunciada a las pocas semanas de su presentación nunca fue llevada a la práctica. Así las cosas, estas motocicleta ha quedado como un experimento. Una interesante curiosidad firmada por un piloto de primera línea con habilidades para el diseño. Muy apta para mitómanos.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS