Moto del día: Sanglas 50 Plegable

Moto del día: Sanglas 50 Plegable

Este prototipo plegable podría haber sido un buen baluarte de ventas para Sanglas en el extranjero


Tiempo de lectura: 4 min.

Ya que tan sólo nombrar a la Sanglas 50 Plegable puede llenar de extrañeza incluso a no pocos aficionados por la marca, vamos a ponernos en contexto con la Honda Motocompo. Una máquina de dos ruedas mucho más conocida y de la que, no en vano, han corrido ríos de tinta dada su originalidad. Originalidad que, dicho sea de paso, adquiere todo el sentido cuando nos centramos en el Japón de los años ochenta. Un país donde la congestión del tráfico urbano era cada vez mayor, produciéndose verdaderos problemas de movilidad entre el centro y la periferia de sus enormes ciudades.

Así las cosas, Honda pensó en la siguiente fórmula: la combinación de un pequeño utilitario del segmento A con una motocicleta que, atención, pudiera caber plegada en su maletero. De esta manera, desde la zona residencial hasta el límite de los centros urbanos llenos de puestos de trabajo el trayecto se haría en coche por autopistas y avenidas. Y, una vez depositado éste en el aparcamiento habitual, el resto del viaje se completaría recorriendo las calles del centro más congestionado en la Motocompo.

Pues bien, evidentemente la situación del tráfico en Madrid o Barcelona durante los años sesenta no era tan agobiante pero, en verdad, sí empezaba a ser problemática. Igual de problemática que la situación financiera de Sanglas, la cual se veía ahogada por una campaña de exportación a los Estados Unidos con la 100 Sport que no había salido nada bien, el decrecimiento del mercado de las turismo en España ante la popularización del automóvil, los contratos oficiales a la baja tras la irrupción de las ROA con licencia BMW en la Guardia Civil de Tráfico y, por último, perder el tren de lo Off-Road que tan astutamente habían visto venir OSSA, Montesa y Bultaco.

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Tras iniciarse en el segmento de los ciclomotores, Sanglas quiso dar un paso adelante en las cilindradas pequeñas con esta montura plegable

Sanglas 50 Plegable, una idea imaginativa

A comienzos de los años sesenta, Sanglas intuía que no podría seguir adelante sólo con las monocilíndricas con más de 350 centímetros cúbicos que tanta fama le habían dado desde 1947. De esta manera, llegó a un acuerdo con la alemana Zündapp para el suministro de motores con menos de 50 centímetros cúbicos. Además, exploraron trabajar con un carácter masivo la chapa estampada y, entonces, aparecieron los primeros ciclomotores de una marca caracterizada por las grandes cilindradas y los cuatro tiempos.

Tan sólo un poco más caros que la popular Derbi Paleta, aquellos Sanglas 50 ayudaron de forma decisiva a la contabilidad de la empresa a pesar de que, claro está, nunca supusieron una problema real para las ventas masivas de Derbi, fijadas en decenas de miles de unidades. No obstante, aún co todo esto Sanglas no estaba para nada lejos de los números rojos. De esta manera, seguía en pie la búsqueda de un producto que realmente fuera revolucionario en materia de ventas. Con todo ello, llegó hacia finales de 1964 el Sanglas 50 Plegable.

Construido en base al mismo motor que los ciclomotores Sanglas 50, éste podía llevar a dos personas así como salvar pendientes pronunciadas. Además, el depósito no perdía gasolina en ninguna posición, lo cual simplificada plegar el modelo para introducirlo así en una bolsa que se pensaba vender adjunta. De hecho, en la publicidad del prototipo se mostraba a una mujer con la intención de colocar el bulto en el maletero de un Alfa Romeo Giulia. Algo igual a lo que, años después, plantearía Honda con su Motocompo.

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Los problemas con la financiación lastraron la materialización del proyecto, el cual podría haber encontrado hueco en los Estados Unidos

De todos modos, desgraciadamente la Sanglas 50 Plegable nunca llegó a ver la luz. Y no por problemas de diseño. Sino de financiación. Y es que fabricar este vehículo requería una cadena de montaje propia, pues se preveían unas ventas de 6.000 unidades el primer año al pensarse bastante en la exportación. Así las cosas, Sanglas buscó financiación en los Estados Unidos ofreciendo por adelantado series del modelo en base a adelantos. Pero nada, fue imposible. El capital necesario para comenzar la producción en serie nunca llegó y, por tanto, este ciclomotor plegable quedó en un cajón como, posiblemente, la mayor rareza en la historia de la marca.

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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COMENTARIOS

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Tuazaf
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Tuazaf

Puede ser que sea la segunda vez que ponen este artículo y como la vez anterior, ni una foto del vehículo?
No pue ser,será mi móvil jajajaja

Feli
Invitado
Feli

Amplio reportaje del ciclomotor en cuestión ….hubiera estado bien alguna foto del modelo.


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