Matchless fue, desde sus inicios justo a finales del siglo XIX, una referencia indiscutible en la historia del motociclismo británico. De hecho, y ya que a fin de justificar esta afirmación cada cual tendrá sus motivos, nosotros indicaremos el nuestro señalando su dilatada historia en el TT de la Isla de Man. Es más, la primera victoria de un monocilíndrico en el mismo corresponde a un motor firmado por la misma. Además, existe un dato que habla por sí solo de la calidad lograda por Matchless en sus mecánicas.
Eso sí, éste habremos de buscarlo en otra marca. Concretamente en la más prestigiosa en el amplio panorama británico previo a la Segunda Guerra Mundial: Brough Superior. Calificada como la “Rolls-Royce de las motocicletas”, ésta no llegó a fabricar sus propios motores hasta 1939. Año en el que, nada más presentar el Golden Dream -con un curioso diseño en H de cuatro cilindros-, tuvo que enfocarse a la producción de piezas de avión debido al esfuerzo de guerra requerido por el enfrentamiento contra el nazismo.
Dicho esto, los motores usados por Brough Superior para modelos como su SS80 eran los mismos V2 que equipaban a la Matchless Model X. Obviamente con ciertos retoques y modificaciones pero, en base, los mismos. Motivo más que suficiente para creer con fuerza en la calidad demostrada por Matchless, la cual tuvo en la Model X de 1929 a una de sus motocicletas más logradas. Eso sí, lejos de hablar de una verdadera máquina de carreras aquí nos encontramos con una potente y suave apuesta turismo capaz de llevar con plenas garantías uno de los recurrentes sidecar de la época.
La calidad de su motor estaba fuera de toda duda, usado como base para el desarrollo de las espectaculares Brough Superior SS80
Matchless Model X, la renovación de 1937
Con 982 centímetros cúbicos y válvulas en el lateral, el V2 de la Model X se asentó sobre un chasis de batalla larga donde se había pensado más en la estabilidad y los viajes que en el paso por curva o la velocidad punta. Sin embargo, ocho años después de su lanzamiento, en Matchless vieron las evidentes capacidades deportivas del modelo gracias a su cada vez más común preparación y participación en todo tipo de carreras a lo largo y ancho del Reino Unido.
Así las cosas, en 1937 se renovó completamente gracias a la presentación de la versión Sports Tourist. Para empezar, el chasis no sólo se aligeró todo lo posible sino que también recibió un serio recorte en su distancia entre ejes. Además, esto se combinaba con un renovado sistema de amortiguación tanto delante como detrás, propiciando un comportamiento noble pero nervioso de la máquina incluso llegando a pasar con tanta rapidez como seguridad en las curvas.
Posiblemente su mayor importancia histórica sea la de ser un hito fundamental para la creación del segmento de las Sport Turismo, uno de los más importantes para la historia del motociclismo sobre asfalto
Con todo ello, la Matchless Model X Sports Tourist exhibía músculo deportivo con sus 25 CV y cuatro marchas. De hecho, para algunos historiadores del motor británico aquella mutación fue tan reseñable que incluso la sitúan como la creadora del segmento de las “sport turismo”. Y es que, no en vano, partiendo de una motocicleta tranquila y potente enfocada al ámbito de los sidecar, se logró crear una apuesta decidida por el pilotar en solitario con la velocidad como única compañía. En fin, un salto, una evolución, que sin duda ha tenido enormes ecos en la historia de las dos ruedas motorizadas.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS