España fue, durante largos años, país de motos “de campo”, de motos todoterreno. Contábamos con una potente industria motociclista que, como ya sabéis, no supo adaptarse a los tiempos y la llegada de otras marcas les puso con el agua al cuello. Cosas que pasan, ¿verdad? Y si no que se lo digan a los británicos, que les ocurrió más o menos lo mimos con sus marcas, aunque en esa ocasión, ya hablamos de marcas que se posicionaron a otro nivel, aunque aquí, marcas como Rieju no tenían nada que envidiarles, a pesar de ser menos importante mundialmente y de no ofrecer máquinas como, por ejemplo, las Vincent británicas.
No obstante, Rieju se ganó una enorme fama en España con sus motos de pequeña cilindrada. En nuestro país, tanto en años pasados como ahora, las pequeñas cilindradas son las que se llevan todas las ventas, aunque antaño las cosas eran bien diferentes y motos como la Rieju Marathon 74 eran auténticos mitos, iconos deseados por infinidad de moteros para salir a vivir sus aventuras por montaña, caminos de tierra o por el mismo centro de la ciudad, como hacían los chavales con el carnet A1.
La Rieju Marathon 74, para su tiempo, era todo un “pepino”. Se presentó en el salón de Barcelona de 1979 y comenzó a venderse en 1980, el mismo año que Jorge Piferrer ganaba el Trofeo Senior de 75 centímetros cúbicos. Era un buen comienzo, una publicidad que metía de lleno a la Marathon 74 entre las motos más deseadas de todas. Luego llegó la Marathon 50 con su polémica sobre la caja de cambios.
Rieju –combinación de los apellidos de sus fundadores: Riera y Juanola– acertó de lleno al firmar un acuerdo con Minarelli, que les suministraba los motores. De hecho, con la Marathon 74 lograron colocarse entre los más rápidos gracias a un motor, que llegaba desde Italia listo para ser montado en el chasis, y era capaz de rendir nada menos que 14 CV a 8.500 revoluciones. Un propulsor “dos tiempos”, que con un “kit de trucaje”, como decían en la revista Motociclismo en un reportaje sobre el modelo, se podía alcanzar los 17 CV a 11.500 revoluciones. Cifra bastante respetable para un motor así, incluso hoy.
El motor, el tipo Minarelli P6 Corsa Corta, estaba refrigerado por aire y contaba con una culata de tipo radial de aluminio. Estaba montado en un chasis de acero, un doble cuna al cromo-molibdeno reforzado en las zonas de mayor estrés, con horquilla Betor de gas y dos amortiguadores traseros también Betor de gas, que actuaba sobre un basculante de sección circular con refuerzos contra la flexión. Los frenos eran de tambor, fabricados con aleación ligera y era de tipo cónicos y estaban firmados por Nagesti.
Como cabe esperar, los rivales no se quedaron parados y en 1982, por ejemplo, apareció la Puch Cobra M-82. Ese mismo año, Rieju hizo cambios en la Marathon 74, como el montaje de un basculante más resistente tipo banana y nuevos amortiguadores Betor con botella separada. También se montó el nuevo Minarelli K6 con culata refrigerada por líquido, que declaraba la misma potencia, pero lograba más par. La renovación de la Marathon 74 también trajo consigo una horquilla con botella ultraligeras fabricadas con nada menos que magnesio.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.Me parece muy Bonita voy a restaurar una marathon 74 cc