En el año 2003 se ponía en circulación el Aprilia Arrecife 200, una opción intermedia entre el Arrecife 125 y el Aprilia Arrecife 500. La categoría de los 200 centímetros cúbicos era, hace unos años, el escalón de mercado que ahora ocupan los 300, una parcelita donde se centran aquellos usuarios que quieren un scooter para rodar por ciudad, pero con un motor suficiente para salir a carretera sin que le pasen por encima los autobuses.
Básicamente, el segmento de los scooter de 200 centímetros cúbicos, era el más demandado de aquellos que tenían un scooter para ir a trabajar y necesitaban unas prestaciones medianamente dignas. Y con dignas nos referimos a poder mantener un crucero de 120 km/h, par lo que hacía falta un cilindro de 198 centímetros cúbicos y alrededor de 20 CV. El Aprilia Arrecife 200 prometía una velocidad punta de 130 km/h, más que suficientes para cualquier usuario.
El Arrecife era la evolución del Aprilia Atlantic, un scooter que llegó al mercado con motor de 500 centímetros cúbicos, en pleno apogeo de los maxiscooter, es decir, tras el aumento de estos modelos por el éxito del Suzuki Burgman 400, del Honda Silver Wing y del Yamaha T-Max. Si hacemos memoria, aparecieron muchos scooter con motores de 500 centímetros cúbicos en un puñado de años, y Aprilia tuvo el suyo, el cual, acabó, después de un tiempo, como Aprilia Arrecife y con diferentes versiones, como el 125 y el 200.
Comparado con el 500, el Arrecife 200 era un modelo más ciudadano, pero mantenía su cuerpo de maxiscooter y eso penalizaba, por ejemplo, al circular entre coches. Sin embargo, ese tamaño era importante en otros desplazamientos, como aquellos que se hacían en carretera y donde cosas como la pantalla, hacían un servicio fundamental. De hecho, uno de los elementos más destacados en las pruebas de la época es la protección aerodinámica, a la que se suma el espacio que había para el conductor y para el pasajero.
Uno de los apartados donde el Aprilia Arrefice 200 destacaba por encima de su hermano mayor, era en la capacidad de carga. El motor grande permitía un hueco bajo el asiento reducido, pero al tener un motor más pequeño, el Arrecife 200 se podía aprovechar de un hueco decente, mientras se completaba con una guantera tras el escudo frontal.
En cuanto a tacto de conducción, el Arrecife 200 no era un modelo deportivo, más bien era burgués, con un tarado suave de suspensiones, un asiento amplio y mullido, una ausencia casi total de vibraciones… Las revistas solo criticaron una cosa, y fue el tacto seco que, en ocasiones, tenía la suspensión trasera.
Tenía un precio, en su momento, de 3.549 euros y no resultaba especialmente caro, aunque los había mucho más baratos, obviamente, pero también más caros.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS