El Rieju City Line 300 significaba la entrada de la compañía española en el segmento de los scooter GT, que tanto tirón comercial tenían hace unos años. Era el segundo scooter de mayor cilindrada que se fabricaba en España, estaba acompañado de una variante con motor de 125 centímetros cúbicos, pero no contó con una aceptación en el mercado a la que podamos considerar un éxito.
Rieju es de las últimas firmas españolas que han aguantado en el mercado. Lejos quedan aquellos años, con diferentes marcas nacionales en una ebullición constante, la apertura de las fronteras acabó con toda la industria motera española y solo nos quedó el recuerdo. Suele pasar, eran fábricas un poco aisladas y la capacidad de evolucionar y adaptarse no fue suficiente para las nuevas exigencias a las que se enfrentaban.
Pero algunas lograron seguir adelante, no sin problemas. Rieju es una de ellas, pero ha tenido que hacer toda clase de malabares para conseguirlo. Ahora, por ejemplo, fabrica algunas motos de origen chino, como la Rieju Aventura 500 o la Rieju Xplora, aunque también es cierto que ha ido adquiriendo activos para crear una base sobre la que trabajar en motos eléctricas.

La Rieju City Line 300, como la Aventura o al Xplora, tiene su origen fuera de las fronteras españolas, pero en esta ocasión no hay que irse hasta China, solo hay que viajar hasta Italia, hasta las instalaciones de la malograda Malaguti. De allí sale el City Line, o al menos la base sobre la que se desarrolló: el Malaguti Madison. La colaboración enre Rieju y la firma italiana no era nueva, ya habían trabajado anteriormente como importadores de Malaguti y tuvieron algunos scooter ciclomotor con base italiana.
De hecho, es muy sencillo reconocer rasgos del Madison en la Rieju City Line, como en el frontal, que presenta casi la misma mirada del scooter italiano. Se realizaron algunos retoques, pero básicamente es el mismo modelo, incluso usan el mismo propulsor, un monocilíndrico de origen Piaggio con inyección electrónica, refrigeración líquida, transmisión secundaria mediante engranaje y una potencia de 22 CV. Un cifra suciente para poder salir a autopista con cierta soltura.
La revista Autopista dijo en su momento que tenía una notable agilidad, inesperada en un scooter de su tamaño, un detalle que surgía por la geometría de la moto, que al parecer era bastante agresiva. También presumía de una elevada aceleración, por encima incluso de otros modelos con el mismo motor, lo que daba a entender que tenía una puesta a punto propia.
No había un buen recuerdo del Malaguti Madison, al menos en la mencionada revista, pero el Rieju City Line 300 si convenció, aunque el hueco bajo el asiento, un argumento de peso en el mundo del scooter, era muy pequeño.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS