La Bimota Tesi 3D fue la tercera generación del que, quizá, sea uno de los modelos más peculiares de cuantos se han desarrollado en el mundo de la moto, al menos por un fabricante para su producción en serie. También fue la edición más radical en cuanto a diseño, con una carrocería minimalista y un enorme protagonismo del apartado ciclo.
Bimota, como fabricante, siempre ha ido a un poco a su aire, por su propio camino. Sus modelos han sido y siguen siendo caros, caracterizados por la calidad técnica y por emplear motores de otros fabricantes, vestido todo ello por diseños ultrapersonales y sin réplica en cualquier otro fabricante internacional.
Con la Bimota Tesi fueron no uno, sino tres o cuatro pasos más allá en lo que respecta a desarrollo técnico, innovación y búsqueda de nuevas soluciones. La idea detrás del proyecto era la tesis que el ingeniero Pierluigi Marconi presentó en la universidad, que destacaba por su interesante concepto de chasis y suspensiones. Soluciones que han sido la base del modelo durante todas sus evoluciones y que con la Tesi 3D, la tercera edición de tan llamativa montura, se convirtieron en el centro de atención.
El chasis mantenía su configuración tipo omega –por la forma de la letra griega omega: Ω–, fabricado con aluminio, al que se anclaba un motor de dos cilindros de origen Ducati con 1.078 centímetros cúbicos, refrigerado por aire y con una cifra de potencia que no eran despampanante, aunque sí suficiente para mover un conjunto de peso bastante contenido: 95 CV para 168 kilos. Todo lo demás: airbox, línea de escape, centralita, sistema eléctrico o inyección, eran desarrollos de la misma Bimota.
Al chasis también se anclaban las suspensiones, uno de los elementos más característicos de la Bimota Tesi, ya sea la 3D o cualquiera de las dos anteriores ediciones. Para la rueda trasera, un basculante fabricado con tubos de acero de imagen impactante, pero muy rígido, que trabajaba con otro basculante para la rueda delantera, también fabricado con tubos de acero, de imagen todavía más llamativa y poco convencional. No faltan los reenvíos de la dirección, un sistema bastante complejo, todo sea dicho.
El diseño de la Bimota Tesi 3D fue obra de Andrea Acquaviva, uno de los alumnos de Pierluigi Marconi, quien redujo la carrocería a la mínima expresión y desarrollo todas las soluciones hasta que, por fin, funcionó como sus responsables esperaban. La Tesi 3D fue una de las mejores ediciones del concepto Tesi, aunque se fabricaron muy pocas unidades, pues su precio, altísimo, limitaba su popularidad. El concepto de chasis y suspensiones también limitaba mucho su aceptación entre los usuarios.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS