Quien lea habitualmente esta sección con publicación diaria ya estará al tanto sobre nuestro gusto por el pasado. Sin embargo, hoy vamos a hacer algo completamente diferente. Y es que, cuando durante el año 2016 BMW presentó su Vision Next 100 no sólo estaba atisbando soluciones de futuro, sino que incluso intentaba marcar las pautas para una completa -y futurista- revolución en el mundo de las dos ruedas deportivas. Pero vayamos por partes. Así las cosas, lo primero que hemos de tener en cuenta es cómo para el año de su presentación BMW estaba atisbando algunas tecnologías que, hoy en día, empiezan a ser una realidad.
Debido a ello, y a modo de ejercicios de diseño sobre los tiempos que están por venir, presentó tres diseños irrealizables hoy en día en gran serie con el afán de especular cómo habrá de ser el futuro de la movilidad premium. De esta manera, junto a la Vision Next 100 también se desvelaron dos estudios dedicados a las marcas Mini y Rolls-Royce respectivamente; a la sazón, integradas desde hace tiempo en la casa germana para vergüenza nacional de la otrora potente -y merecidamente orgullosa- industria británica.
Obviamente, la motorización eléctrica tuvo como punto nuclear a aquellos experimentos, siendo acompañada por una gran cantidad de informática puesta en calidad de asistencia a la conducción. En suma, todo lo que paulatinamente iremos -y estamos- viendo en pos de una mayor automatización del manejo a cargo de sensores y sistemas por encima de la propia responsabilidad humana. De hecho, esta relación entre el piloto y la máquina a través de la multimedia alcanzó en la Vision Next 100 un carácter, si se nos permite la consideración, cuasi de ciencia ficción.
Las gafas con visor beben de la llamada realidad aumentada para brindar así una interactuación nunca antes vista entre la máquina, la persona a los mandos y el propio entorno de conducción
BMW Vision Next 100, una máquina increíble para un futuro sorprendente
En primer lugar, BMW replanteó la forma en la que la motocicleta suministra información a la persona al mando utilizando la proyección sobre pantallas y los sensores pensados para detectar los movimientos faciales. Gracias a ello, las gafas inherente a esta máquina futurista cuentan con una función de visor a modo de pantalla con información proyectada.
Algo, por otra parte, cada vez más común en algunos automóviles de gama alta. De esta manera, según ciertos movimientos de la mirada se ofertará una información u otra en las gafas que, en cierta medida, podríamos calificar de “realidad aumentada”. Asimismo, la Vision Next 100 se realizó junto a un traje especial, el cual no sólo controla la temperatura corporal sino, mediante señales emitidas por elementos de vibración, la propia atención del piloto sobre la carretera.
Y bueno, por si todo esto no fuera suficiente se instaló un sofisticado control de estabilidad capaz de balancear la motocicleta hasta el punto de lograr mantenerla siempre en equilibrio. Totalmente de ciencia ficción si no considerásemos cómo esto el Gyro-X ya conseguía esto hace décadas gracias al uso de su giroscopio.
El sistema de autonivelado -junto a los sensores listos para leer cualquier incidencia en la vía- aseguran unos altísimos niveles de seguridad; de todos modos, según indica BMW todo esto puede ser desactivado para tener así un control más directo sobre la máquina
Respecto a la motorización no se ofrecieron datos aunque, como estamos viendo, la electrificación de las mecánicas ya es un hecho palpable con muy buenas relaciones para con las prestaciones. Las cosas como son por mucho que, a nosotros también, nos encante por tradición e identidad el intenso olor de la carburación. Por cierto, en relación al diseño lo cierto es que la BMW Vision Next 100 logra, de una extraña pero acertada manera, recordar sin duda a los modelos clásicos de la marca. Es más, su sistema eléctrico cuenta en sus volúmenes con un guiño claro a lo icónicos motores bóxer que tanto y tan bien definieron a la casa germana. En suma, uno de los ejercicios de diseño más interesantes y completos de entre todos los vistos en los últimos tiempos. Toda una audacia de la cual, desafortunadamente, se revelaron menos datos de lo que nos gustaría. Y es que, al menos para nosotros, este diseño futurista es realmente apasionante aún con todas las polémicas y resistencias que pueda generar entre los aficionados más puristas.
Galería de imágenes:
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS