Echando un vistazo a la producción motociclista en España, seguramente pocos modelos han provocado el impacto social de la Derbi Antorcha. Una verdadera superventas que, además, se convirtió en el mejor aliado para decenas de miles de trabajadores. Especialmente para quienes, debido a oficios itinerantes como la construcción, necesitaban de un vehículo sencillo, asequible y fiable de cara a sus desplazamientos por las áreas periurbanas. Así las cosas, ya que los años dorados de este ciclomotor coincidieron con los de la explosión del ladrillo, no cuesta entender la razón social de su popularidad. No obstante, este carácter masivo y utilitario no la privó de contar en su gama con variantes algo más refinadas. Una de ellas fue la escasa y prácticamente desconocida Derbi Antorcha Montreal.
De todos modos, antes de entrar en materia hemos de comprender adecuadamente los cimientos sobre los cuales se asienta toda la saga Antorcha. Llegados a este punto, lo mejor será situarse en la España de los años cincuenta. Evidentemente más desarrollada que durante la década anterior – las cartillas de racionamiento funcionaron hasta 1951 – pero aún no tan boyante como para que el automóvil pudiera florecer como bien de consumo masivo en la forma ocurrida durante los sesenta. De esta manera, el transporte privado se realizaba, principalmente, con motocicletas de octavo de litro en el caso de las turismo y mediante velomotores y ciclomotores en los casos más urbanos o modestos.
Bajo este contexto, Derbi comenzó en los años cincuenta ofreciendo modelos que distaban poco de una simple bicicleta motorizada. Sin embargo, aquel modelo de negocio era muy adecuado para la España de la época, por lo que la marca consolidó una creciente oferta relativa a las bajas cilindradas. Es más, tanto fue así que, al tiempo, hablar de Derbi era hablar de 50 centímetros cúbicos. No en vano, más allá de las calles sus balas rojas pilotadas por Ángel Nieto lograron cinco mundiales entre 1969 y 1972, tres de ellos en la categoría de los 50 centímetros cúbicos. De hecho, sumando todos los éxitos en los mundiales Derbi cuenta con 19 títulos sumando los de pilotos y constructores.
A partir de abril de 1961 los ciclomotores no podían sobrepasar los 50 centímetros cúbicos de cilindrada, haciendo que marcas como Derbi tuvieran que adaptar rápidamente sus productos a fin de seguir siendo dominantes en los segmentos más populares
Derbi Antorcha Montreal, una variante de la cual se sabe muy poco
Cuando en 1957 SEAT lanzó el 600 con precios de derribo y opciones de financiación, la motocicleta sufrió un enorme impacto en sus ventas debido a que buena parte de las nuevas clases medias ya podían permitirse acceder al automovilismo. Así las cosas, el futuro pasaba inevitablemente por ampararse en nichos de mercado relativos a la deportividad o el día a día. Es decir, aquellas gamas con modelos turismo de octavo de litro – tan típicas de los años cincuenta – habían sido sentenciadas por el discurrir de los tiempos.
Además, el 12 de abril de 1961 aparecía una nueva normativa relativa a las cilindradas más bajas. Por ella, si se querían seguir disfrutando las ventajas fiscales propias de los velomotores – así como el no tener que portar matrícula , seguro o licencia – había que limitarse a un máximo estipulado por debajo de los 50 centímetros cúbicos. De esta manera habían nacido los ciclomotores tal y como hoy los entendemos, limitándose su velocidad hasta los 40 kilómetros por hora al tiempo que debían portar pedales practicables.
Debido a su aparición sorpresiva, la nueva normativa de tráfico pilló a no pocos fabricantes con el paso cambiado. No obstante, por fortuna para Derbi ésta lanzó durante aquel mismo verano sus 49 Sport y Gran Sport – ésta última con un cambio de tres velocidades – . De todos modos, como indican sus propios nombres, estas máquinas contaban con un planteamiento marcadamente deportivo, siguiendo la moda relativa a los ciclomotores de carreras proveniente de Italia. Llegados a este punto, sobre ellos se desarrolló una montura más práctica y adecuada para el día a día. Así nacía, en 1965, la Derbi Antorcha.
Durante los setenta ya estaba plenamente asentado el concepto de ciclomotor deportivo, con retoques que muchas veces eran más estéticos que mecánicos como podemos ver en el encantador caso de la Montreal. Una máquina realmente curiosa y aparente a la luz de los años
Una de las máquinas con más éxito en la historia de España, logrando un puesto aventajado en el segmento de los ciclomotores gracias a su aspecto. Muy similar al de una motocicleta gracias a elevar la posición del depósito de combustible. Además, aunque su monocilíndrico rendía tan sólo 1,5 CV, éste era fiable y más que suficiente para mover los 55 kilos que entrega en báscula la primera Derbi Antorcha. A partir de aquí se creó una saga en la que multitud de actualizaciones – más cosméticas que otra cosa – creaban una sensación de renovación y novedad en el mercado, respondiendo tan bien que algunas fuentes sitúan las ventas en casi medio millón de unidades al sumar todas las variantes producidas. No en vano, la producción de la Derbi Antorcha se prolongó hasta finales de los años setenta, pudiéndose ver listados en los que se cuentan hasta 18 versiones con nombres tan llamativos como Tricampeona, Olímpica Campeona o GT-4V. Ahora, dicho esto llega el momento de fijarse en la Derbi Antorcha Montreal. Un modelo tan poco conocido que siquiera figura en muchos de los listados relativos a la Antorcha, aunque gracias a fichas técnicas de la época sabemos que contaba con una potencia de 2 CV alimentados por un carburador Dell’Orto. Además, en lo visual detalles como las gomas de la horquilla delantera o la combinación de colores negra y amarilla – similar a la usada por las Yamaha de Kenny Roberts – daban un claro talante deportivo. Sólo en el aspecto, pero sin duda extremadamente encantador al paso de los años, siendo una de las Derbi Antorcha más interesantes para cualquier coleccionista.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.Tengo una derbi antorcha modelo Montreal con papeles para restaurar. Cuanto puede pedir por ella? Gracias
Hola José María. De cara a hacer una valoración correcta habría que saber algo más sobre el estado de la moto. De todos modos, cuenta con el valor de ser una variante relativamente escasa de un modelo muy conocido. Eso, al menos para muchos aficionados, puede ser un motivo a tener en cuenta. Si quiere, puede enviarnos alguna foto al correo electrónico a ver si así le pudiéramos orientar más. Saludos.