Moto del día: Derbi Cross City 125

Moto del día: Derbi Cross City 125

A medio camino entre una trail y una moto puramente ciudadana


Tiempo de lectura: 2 min.

La Derbi Cross City 125 se dejó ver, por primera vez, en el salón Más Moto de Madrid y su puesta en escena tenía como objetivo completar el catálogo de la firma española junto a la Derbi Mulhacén, con la que compartía algunas cosas. Se podría decir que era una motocicleta básica, con pocas complicaciones técnicas y una proyección muy urbana, aunque, como cabe esperar, su rango de uso no se quedaba exclusivamente ahí.

El lanzamiento de la Derbi Cross City coincidió con la comercialización de las Derbi Terra y Derbi Mulhacén 125. Mientras que la Mulhacén era el modo insignia y la Terra era una auténtica trail “de tomo y lomo”, la Cross City se queda casi en tierra de nadie por un concepto que mezclaba rasgos de una moto trail, con rasgos de una moto puramente ciudadana.

Por diseño, la Cross City 125 tenía aspecto de trail, o mejor dicho, de moto “campera” con aspiraciones sencillas –sendas de tierra lisas, caminos con pocos agujeros, huir totalmente de trialeras… –, con el tamaño, las suspensiones y las prestaciones de una moto que tiene lidiar diariamente con el caótico tráfico urbano de las grandes ciudades. Una combinación de características que deberían funcionar la mar de bien.

Derbi Cross City 125 (2)

En general, como se decía, era una moto sencilla. El chasis era un doble viga de acero con una doble cuna en tubo redondo para acoger el motor. Las suspensiones, sin regulación, incluyen una horquilla delantera convencional y los frenos, con discos en las dos ruedas, presentaban discos de 280 y 220 milímetros según fuera delante o detrás.

Sencillez que, todo sea dicho, no estaba reñida con la funcionalidad, así lo decían en Motociclismo y en la revista italiana Motoblog.it. De hecho, ambas publicaciones coincidían en muchas apreciaciones, como la facilidad de uso, el buen comportamiento general y en el planteamiento tranquilo de la moto, que se hacía notar especialmente por el motor. Se trataba del monocilíndrico refrigerado por aire y dos válvulas de probada fiabilidad, pero de igualmente probadas vibraciones cuando se le exigía potencia.

La revista Motociclismo hablaba de una velocidad real de 112 kilómetros/hora, la cual se alcanzaba con calma y espacio libre por delante. No obstante, era mejor no llegar tan lejos y conformarse con un crucero de 100 kilómetros/hora, tanto por vibraciones como por suspensiones, pues la horquilla presentaba un tarado algo blando en curvas rápidas y en frenadas fuertes.

Por otro lado, su rendimiento en pista de tierra era bastante interesante. Sin ser una auténtica todoterreno, permitía rutas fáciles y divertidas gracias a sus neumáticos, a su posición de conducción y a una buena agilidad general.

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Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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