Moto del día: Derbi Yumbo FD

Moto del día: Derbi Yumbo FD

La firma española se sumaba a la tendencia de soluciones y aspecto de "moto grande" en el segmento de las 50


Tiempo de lectura: 2 min.

A día de hoy, el segmento de los ciclomotores, de las motos “de 50”, está muerto. Y no lo decimos nosotros, lo dicen las cifras de ventas y que cada día que pasa se ven menos por las calles. Algo, no obstante, lógico, pues la convalidación del carnet B, ha hecho que todo el que antes usaba un ciclomotor, ahora se pase a una 125. Además, también está el hecho de que ahora, los ciclomotores tienen que pasar ITV y no se pueden conducir hasta los 15 años, un año antes de poder pasar a ser poseedor del A1 y conducir una moto con la que se puede salir a carretera.

No obstante, antes, las pequeñas 50 eran motos tremendamente populares y su segmento bullía con novedades constantes. Pero no hablamos de simples motillos que cambiaban de color, los fabricantes invertían, pues suponían unas elevadas ventas. Seguro que muchos recordarán aquella época, con las motos en la puerta del instituto, todas con algún trabajillo de motor, listos para salir pitando a casa o vete a saber a donde –para que luego nuestra madre nos echará una bronca por llegar tarde a comer… –.

Las motos todoterreno, las de campo “de toda la vida”, estaban entre las más populares en el segmento de los ciclomotores y entre los modelos más míticos, hay muchas versiones trail e incluso de enduro. Motos como la Derbi Yumbo FD, que salió al mercado allá por mediados de los 80 y que presumía de tener soluciones “de moto grande”. También presumía de tener un diseño que no delataba su condición de ciclomotor, un detalle que cuando eres chaval, es un argumento de peso.

derbi yumbo fd

Recorte de la revista Moto Verde número 75, publicada en octubre de 1984

De todas formas, un rápido vistazo delataba la realidad. Las ruedas del la Derbi Yumbo FD, por ejemplo, eran muy delgadas, típicas de una moto de su categoría y el sonido del motor, como cabe esperar, era estridente e histérico. Algo lógico cuando se trataba de un monocilíndrico “dos tiempos” con 48,76 centímetros cúbicos –38 x 43 milímetros– que rendía 2,8 CV a 8.000 revoluciones y tenía admisión por láminas –era el mismo que el usado en la Yumbo RD–. El cambio era de cuatro relaciones –con la primera muy corta–, el encendido por platinos Motoplat, el freno delantero era de disco.

Solo se ofrecía con una decoración, que combinaba una carrocería blanca, asiento azul y detalles en rojo, como el chasis de doble cuna, que iba pintado por completo de color rojo.

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Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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Sergio
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Sergio

Yo aún tengo mi FD 36 años tiene ,decir que no está como era de serie pero, aún sigue conmigo jeje

Santiago
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Santiago

Gracias por recuperar recuerdos bonitos, aunque alguna bujía nos amargara algún día. Nunca he entendido que motores de dos tiempos de 49 dieran tan poca potencia pero parecieran tan elásticos.


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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.