Moto del día: Honda Zook

Moto del día: Honda Zook

Porque no solo de motos grandes vive el hombre


Tiempo de lectura: 2 min.

En el salón de Tokio de 1989, Honda presentaba un nuevo concepto de motocicleta para ciudad, orientada a los sectores más jóvenes, que se parecía más a un patinete que a una verdadera moto. La llamaron Honda Zook, y causó tan buena sensación, que decidieron lanzarla al mercado el 26 de febrero de 1990. Su nombre proviene del japonés “Tsuku”, y significa “crear tendencia”.

Como vemos, el concepto “moto” se reduce a su mínima expresión, con unas ruedas pequeñas, un chasis prácticamente horizontal, un manillar y un asiento. El minimalismo lo lleva al extremo, pero no falta todo lo necesario para poder circular como en cualquier otra motocicleta.

El motor es un sencillo monocilíndrico de dos tiempos refrigerado por aire y 49 cm3, que ofrece 3,3 CV a 6.000 rpm y 4,4 Nm de par. Tenía un peso de 41 kg en seco, junto con un depósito de combustible de dos litros, así que su motor era suficiente para mover a una persona. El asiento era regulable en altura, con dos posiciones: 800 mm o 770 mm de altura al suelo. Como tan solo había un minúsculo compartimento con llave en el suelo bajo el manillar, el asiento estaba pensado para que el casco encajase sobre él sin problemas.

Lo que más llama la atención, tal vez sean sus diminutas ruedas, de 70/100-8 27J tanto delante como detrás. Los frenos eran de tambor en ambas ruedas también, pues las exigencias de la moto no eran muchas. En su día estaba disponible en seis colores: verde, rojo, blanco, azul, marrón y amarillo.

Su plan de ventas establecía una producción de 40.000 unidades a un precio de 89.000 yenes, lo que al cambio serían unos 785 euros de hoy. Lo podéis ver en la nota de prensa del 19 de febrero de 1990. Una moto muy sencilla, que cumple con el cometido de desplazarse sin esfuerzo, algo más que suficiente por el precio que anunciaba.

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Sobre mí

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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