¿Quién recuerda la Horex VR6? Seguramente muy poca gente, y razones no faltan para ello, pues hablamos de una motocicleta creada por una compañía muy pequeña, que casi desde el primer día tuvo problemas para mantenerse a flote. Es una situación de lo más común, y parece que nadie aprende.
Poner en marcha una empresa que se dedique a la fabricación de vehículos no es, ni mucho menos, fácil. De entrada, la inversión inicial es astronómica y recuperar dicha inversión, por lo general, suele tardar mucho. Por eso, la mayoría de las “nuevas marcas” apuestan por el segmento más exclusivo, porque se pueden pedir tarifas más altas y la velocidad de producción es más lenta.
Así, la compañía Horex dio sus primeros pasos en el segmento más exclusivo del mundo de la moto, rescatando una firma que estuvo activa entre 1023 y 1950, y que Mercedes adquirió en 1960 para luego disolverla. En 2010 la empresa volvió a ponerse en marcha y presentó la Horex VR6, una roadster muy exclusiva, cuya denominación hacía referencia a su motor y, seguramente, a muchos fanáticos de los coches les recuerda a algo.
Y efectivamente, si ahora piensas en Volkswagen y su V6 de ángulo estrecho, no irías muy desencaminado, aunque aquí Volkswagen no tiene mucho que decir, pues el motor no tiene nada que ver con la firma alemana. Tan solo coincide la denominación y las características del propulsor, un seis cilindros en V con un ángulo entre bancadas de 15 grados. Se montaba transversalmente en el chasis, que era una estructura de aluminio fundido equipada con una horquilla de 50 milímetros de barras y un amortiguador trasero totalmente regulable.
Con 1.218 centímetros cúbicos, la anchura del motor era no muy superior a la de un cuatro cilindros de 1.000 centímetros cúbicos –429 milímetros– y las cifras que puede alcanzar no estaban nada mal, con una potencia alrededor de los 160 CV y un par que superaba los 135 Nm, aunque necesita de sobrealimentación para llegar hasta ahí. Sin embargo, la moto, como cabe esperar, pesaba: 260 kilos con todos los llenos.
El diseño de la moto resultaba bastante clásico, o mejor dicho, “vintage”; que parece ser la palabra más usada en estas ocasiones. Los acabados estaban muy cuidados y según la marca, se usaban materiales de primera calidad. Y ciertamente, a simple vista tenía una personalidad interesante, y por suerte, no se recurría a trucos baratos para llamar la atención, a excepción del escape y sus tres silenciosos saliendo por el lado derecho.
Según se dijo en su momento, la moto era compacta y bastante fácil de conducir para sus características, pero su precio, en 2010, rondaba los 20.000 euros, unos 25.560 euros con las subidas del IPC añadidas. Es decir, no era una motocicleta barata.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS