El Italjet Formula 125 fue un proyecto revolucionario, que quedó eclipsado por la espectacularidad de su hermano el Dragster. Nació en una época bastante buena para los scooter, tanto de la categoría 125 como los ciclomotores, aunque en este caso, la idea no cuajó.
Tenemos que retroceder hasta 1997, una época en la que aparecieron algunos de los scooter más míticos, como el Yamaha Aerox, la segunda generación del Piaggio NRG, del Honda X8R, del Gilera Runner… Scooter, todo ellos, objeto de deseo de miles de chavales, y algunos de ellos, con posibilidad de montar motores de 125 centímetros cúbicos.
Y entre ellos, el Italjet Formula 125, uno de los scooter más especiales que se han puesto en circulación, sobre todo por sus soluciones técnicas. Por ejemplo, el eje delantero monobrazo de tipo oscilante, similar al que también usaría el Peugeot Speedfight, otro scooter que tuvo su popularidad entre los chavalines de finales de los 90.
No obstante, lo más interesante y poco convencional del Formula era, sin lugar a dudas, su motor, un bicilíndrico dos tiempos de 125 centímetros cúbicos –114 centímetros cúbicos exactamente–, que rendía 14,5 CV a 8.500 revoluciones y 13Nm a 6.500 revoluciones. No había nada similar en el mercado, y tampoco lo habrá nunca.
Este scooter procede de una época bastante buena para los scooter, pero no acabó de cuajar en España

Según Leopoldo Tartarini, propietario y quien estaba a los mandos de Italjet a finales de los 90, el motor nació en pleno verano, el 15 de agosto. Al parecer, estaba de vacaciones y en un momento de inspiración, se le ocurrió unir dos motores monocilíndricos. No tardó mucho en hablar con Franco Morini y ese mismo mes se fabricó el primer prototipo.
Era un scooter muy rápido, tanto para su época como para la actual. Podía alcanzar los 130 km/h, o eso al menos se dice, y no seremos nosotros quienes lo desmientan, no queremos quitarle ese aura de scooter raro y especial. De todas formas, contaba con llantas pequeñas de 12 pulgadas –el trasero de 130 milímetros de ancho– y ya se sabe lo que pasa con ruedas tan pequeñas… al menos, el chasis era como el de su hermano, un entramado de tubos bastante rígido.
Tartarini afirmó que su sonido era igual de especial que el propio scooter. Dijo, exactamente, que el sonido era como el canto de una sirena, que se lograba gracias al doble silenciador.
En España fue un fracaso, encontrar unidades en circulación es una odisea, pero en Italia y otros países tuvo su hueco en el mercado. Incluso hay clubes y foros donde se pueden encontrar toda clase de bricos.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS