Aunque en espíritu RACER ya hemos hablado de alguno de los modelos que en su época fabricó Mecatecno, todavía no nos habíamos detenido en la moto con lo que la marca española inició su andadura. Mecatecno empezó con la idea de desarrollar monturas para niños y adultos, es decir, minimotos. Ya por aquel entonces gozaban de bastante popularidad. El éxito le llegaría un poco después, cuando desarrolló la Mecatecno Chic DW/50. Pero el germen que desencadenó todo tenía nombre propio: Mecatecno Hobby.
Antes, un breve resumen histórico de cómo apareció la marca Mecatecno. Fue fundada en 1978, en Martorelles, por Jordi Rabasa (hijo de José Rabasa). Este piloto de trial, ex directivo de Montesa y ex jefe del Departamento de Competición de Derbi, puso en marcha la marca junto Joan Ruiz y Ramón Mira, dos personas vinculadas también a Derbi. El primero fue el mecánico de confianza de Ángel Nieto en la marca de las balas rojas, y luego también en Morbidelli. Y el segundo fue presidente del Moto Club Cadena de Martorellas.
Tras varios meses de desarrollo, vio la luz su primera criatura: la Mecatecno Hobby. Fabricada en el pequeño taller donde arrancaron su andadura, y de forma completamente artesanal, era una moto muy bien pensada en todos los aspectos. Muchos componentes eran importados de Italia, debido a la imposibilidad de que la industria española suministrase esas piezas con la calidad que ellos exigían.
El punto de partida era un motor monocilíndrico de dos tiempos fabricado por Franco Morini, de 47,6 cc (38×42 mm) y refrigerado por aire. Alimentado por un carburador Dell’Orto SHA 14-12, el escape fue desarrollado por la propia Mecatecno para extraer algo más de potencia y, al mismo tiempo, quedara completamente oculto y evitase quemaduras indeseadas (pensemos en los niños). Declaraba 1,3 CV a 5.000 RPM. Este propulsor contaba con un embrague automático por fricción centrífuga en baño de aceite y una sola marcha. Suficiente para superar los 25 km/h.
Mecatecno innovó claramente en el desarrollo del chasis, diseñando un tubo sobredimensionado para la viga principal que hacía las veces de depósito de combustible (1,5 litros).
Si tenemos en cuenta que el consumo que declaraba era de 1,2 l/100 km, teníamos autonomía suficiente para estar todo el día haciendo “el cabra”. Una horquilla telescópica mecánica y un doble amortiguador, también telescópicos, era todo lo que se necesitaba para mantener las pequeñas ruedas de 10″ al suelo, si es que no estábamos volando en un salto.
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Llamaba la atención el uso de unas llantas integrales de aleación ligera, las cuales ya tenían mecanizado el freno de tambor. También la corona trasera, que estaba fabricada en nilón y no en aleación metálica. En total su peso era de solamente 30,5 kg, y la longitud de 1.240 mm (sillín a 520 mm), permitiendo que casi entrara en el maletero de cualquier coche de tamaño medio de los años 80.
La Mecatecno Hobby estaba pensada para niños de entre 7 y 11 años, pero la calidad de sus componentes hacía que fuese perfectamente utilizable por un adulto sin miedo a que sufriera daños. Esto permitía que en manos de los pequeños pilotos, la moto fuese prácticamente irrompible. Que la carrocería estuviera formado por un par de plásticos (cubredepósito, guardabarros y poco más), hacía que en caso de un “siniestro total” la reparación de la parte de chapa y pintura fuera muy económica.
Hoy en día todavía es posible encontrar a la venta alguna Mecatecno Hobby de segunda mano, con precios que oscilan entre los 400 y los 1.000 euros en función del estado de conservación o restauración. Sin duda, una buena forma de recordar “años mozos”. En este enlace podéis ver precisamente la restauración de una de ellas.
Ender
Japan Rules!!COMENTARIOS