La moto de hoy nos traslada a otra época, los años 50, cuando todo estaba por hacer y descubrir. Por aquel entonces en 1955, un pequeño fabricante italiano de Mandello del Lario, desafiaba las competiciones con una moto muy avanzada a su tiempo: la Moto Guzzi “Otto” Ottocilindri, también llamada V8, que tenía en su interior un “corazón” muy especial.
Cuando en 1921 Carlo Guzzi, Giorgio Parodi y el mecánico Giovanni Ravelli se unieron para fundar Moto Guzzi, siempre tuvieron claro que debían hacer las cosas de otra manera para triunfar. Así en 1955, quisieron entrar en competición y para ello debían crear la macchina definitiva. Un equipo de ingenieros formado por Enrico Cantoni, Umberto Todero, Ken Kavanagh y Fergus Anderson, junto al ingeniero y diseñador Giulio Cesare Carcano, comenzaron la creación justo después del Gran Premio de Monza de 1954. Tenían el encargo de realizar una moto ganadora para el equipo Moto Guzzi Grand Prix, que debería competir al año siguiente.
¿Qué hicieron? Un motor V8 de 499 cm3, refrigerado por líquido con doble árbol de levas en cabeza y ocho carburadores Dell’Orto de 20 mm. Con esta configuración conseguían un motor pequeño, de apenas 45 kg, que ofrecía una potencia de 78 CV a 12.000 rpm. Para situarlo en contexto, en aquella época el resto de motos de competición rondaban las 8.000 rpm. Gracias a su bajo peso de 148 kg, y su aerodinámica muy cuidada, conseguía alcanzar los 280 km/h, una velocidad tremenda para la época.
La base era buena, pero su manejo era un desastre a alta velocidad. Prueba de ello son los numerosos accidentes que tuvieron los pilotos durante 1955 y 1956, negándose a correr con ella en 1957 si no se hacían los ajustes necesarios. Después de aquello, el equipo no lo superó, disolviéndose y abandonando la competición. Tal vez si hubiera tenido mayor desarrollo, hubieran conseguido una moto ganadora. En cualquier caso, merece un homenaje, por la valentía de la marca al desarrollar ese motor que la hace tan especial.
Pablo Mayo
Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.Y así suena ese montruito
Leyendo este texto sobre la moto y su motor, que incluye una vista explosionada del mismo, y viendo que hablan del Fiat 500, no me quiero imaginar cómo podría haber sido la unión de ambas ideas…
https://rideapart.com/articles/the-man-who-made-the-moto-guzzi-v8Habría sido algo brutal, tal vez algo parecido a esto:
O a esto otro, fruto de la unión de dos motores de Hayabusa: