La Moto Morini Corsaro 1200 Veloce era una de las versiones más deportivas de la Corsaro, la motocicleta con la que Moto Morini regresaba de un período bastante oscuro de la mano de Ruggeromassimo Jannuzzelli, quien planteó un tipo de actividad de lo más interesante: motos artesanales por encargo.
Moto Morini se fundó en 1937 por Alfonso Morini, quien mantuvo la actividad de la empresa hasta 1987, cuando pasó a ser controlada por Cagiva, para luego cesar su actividad en 1993. Apareció Texas Pacific Group en 1996, quienes controlaban Ducati, y se la vendieron en 1999 a Morini Franco Motori Spa, una empresa fundada por un sobrino de Alfonso Morini en 1954, aunque la actividad de la empresa no arrancó hasta el año 2006.
Ese relanzamiento fue con la Corsaro 1200, una motocicleta que, lógicamente, lo estrenaba todo: chasis, motor, carrocería, fabricación, distribuidores… fue un órdago de una empresa que acabó en bancarrota en 2009, aunque más de 10 años después regresó a producción, gracias a una avalancha de empresas chinas que compraron viejas glorias europeas para devolverlas a la vida.
La Moto Morini Corsaro 1200 Veloce, como buena moto italiana que era, presumía de un nivel de componentes de primerísimo nivel, como suspensiones Marzocchi Magnum con barras de 50 milímetros y regulación en todas sus vías, que trabajaba junto con un amortiguador Sachs también totalmente regulable anclado a un basculante asimétrico. El escape contaba con dos grandes silenciadores obra de Termignoni.
Una motocicleta artesanal al más puro estilo italiano: deportividad, carácter y componentes casi de carreras
Fabricada totalmente a mano, la Corsaro 1200 Veloce compartía chasis con el resto de versiones, un conjunto de tubos de acero de alta resistencia y que daba cobijo a un motor que, igualmente, era obra de la propia Morini, que lo fabricaba de forma artesanal. Un motor que recibía el nombre de Bialbero CorsaCorta y tenía un desplazamiento de 1.187 centímetros cúbicos, el cual rendía 140 CV a 8.500 revoluciones.
Motociclismo pudo probarla en su momento y la catalogó como una fuente de sensaciones. Según contaban, registraron en banco de potencia 132 CV a la rueda y un par de 11,3 kgm –unos 110 Nm–, un potencial que hacía facil levantar la rueda delantera al más mínimo movimiento del acelerador. De hecho, las palabras exactas que se publicaron en aquella prueba fueron: “el empuje es consistente hasta la contundencia”, aunque luego decían que el motor era algo tosco por la masa que tenía cada pistón.
Era, como cabe esperar por sus características y su fabricación, una motocicleta con una fuerte personalidad y claramente enfocada hacia la vertiente más deportiva. Podía alcanzar los 254 km/h –de marcador– y su aceleración era contundente: 0 a 100 km/h en 3,8 segundos; 11,5 segundos para completar los 400 metros desde parado y 21,9 segundos para completar el kilómetro también con salida parada.
Sin embargo, con un precio de 14.417 euros, una red de distribuidores muy limitada y motos como la KTM 990 Superduke por unos 12.100 euros, no le fueron de mucha ayuda.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS