Sí, has leído correctamente: 1.000 CV sobre dos ruedas. Puede llegar, dependiendo de los parámetros, hasta 1.200 caballos de pura fuerza bruta. Esta motocicleta desarrollada por el ingeniero británico Nick Argyle monta un propulsor de ocho cilindros en V de nada menos que 8.193 centímetros cúbicos. Solo el motor ya pesa 360 kilos, imagina montar esta bestia con la cabeza justo encima de la entrada de aire.
Al comienzo del proyecto, el bueno de Nick no tenía una idea concreta. Su único deseo al principio era, simplemente, hacer una motocicleta fuera de lo común, y eso con un motor que pudiera mantener o reparar fácilmente. Tras deshacerse de su chasis de Monster Truck, su esposa le dio la idea de usar el motor V8 que tuvieron durante años en el garaje. No es precisamente un motor de mantenimiento casi nulo…
“Sólo tenía el garaje de casa, así que decidí que debía ser una moto. Iba a comprar un nuevo motor para el proyecto, pero mi esposa me dijo que utilizara el que ya tenía en el garaje. A pesar de su tamaño, pensé, ¿por qué no?”
Este “pequeñín” parte de un bloque desarrollado por Mopar (de ahí el nombre de la criatura, al revés) y se le añadió un compresor volumétrico para desarrollar el millar de caballos. Funciona a base de alcohol puro y bebe unos nada desdeñables 70 litros cada 100 kilómetros. El neumático trasero es de 290 mm de sección, y el peso total es de 500 kg. La maniobrabilidad no será su punto fuerte, pero se usa para carreras de aceleración. En un duelo frente a las motos más potentes del mercado, la Rapom se llevaría el gato al agua, aunque la Kawasaki Ninja H2R le pondría las cosas muy difíciles.
Aunque no lo creáis, esta moto es legal para conducirla en su país natal, Gran Bretaña. En los fríos y lluviosos días de la campiña inglesa, la toma de admisión sirve de parabrisas, y el escape y radiadores de estufas para las piernas. No hace falta una manta térmica con este cacharro. De hecho, si la llevases, volaría. Alcanza los 100 km/h en apenas 2 segundos y, en teoría, es capaz de alcanzar los 350 km/h.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS