A día de hoy, las Royal Enfield cuentan con un indudable encanto retro sobre el cual están galopando sus ventas en el mercado occidental. Sin embargo, ¿qué pasaría si a esto se le diera una vuelta de tuerca más? ¿Si alguien hubiera creado sobre la base de una de sus Bullet una máquina que, siendo nueva, hubiera podido ser perfectamente fabricada en los años cincuenta? La respuesta es esta V-Twin con 700 centímetros cúbicos. Una motocicleta elaborada de forma cuasi artesanal por el ingeniero Aniket Vardham y que, con sólo un vistazo, ha convencido a muchos aficionados sobre la idea de que ésta debería disponible en el catálogo de la propia Royal Enfield.
Pero vayamos por partes. De esta manera, lo mejor será situarnos en la India durante los años noventa. Allí el joven Vardham – aún estudiante de ingeniería – se encontraba no sólo plenamente seducido por las motos, sino también muy interesado en el sonido y comportamiento de los V2 tan típicos en marcas como Harley-Davidson. Pesados, relucientes, con una gran fuerza desde bajas vueltas y, sobre todo, protagonistas de un andar lento pero poderoso envuelto en un rugido claramente reconocible. Eso sí, sus precios de venta – más aún en lugares como la India – resultan prohibitivos para una gran parte de los aficionados.
Así las cosas, Vardham urdió la idea de diseñar un motor hecho con cilindros de Royal Enfield capaz de caber en el bastidor de una de sus populares Bullet. Tras esto, en 1999 consiguió trasladarse a los Estados Unidos a fin de realizar su posgrado en ingeniería industrial. Momento que aprovechó no sólo para realizar sus estudios, sino también para empaparse de todo lo relativo al mundo de las Harley-Davidson y sus motores bicilíndricos. Gracias a ello, hacia el año 2003 comenzó por su cuenta y riesgo la evolución de su motor soñado. Por delante quedaba no poco esfuerzo y, especialmente, las dificultades inherentes a levar un proyecto así en solitario.
Una de las cuestiones más interesantes de esta motocicleta, es que menos algunos elementos en concreto bien se podría haber hecho en los años cincuenta con las mismas piezas
Royal Enfield 1000 V-Twin Vardham, una motocicleta lista para llegar a serie
Uniendo dos motores Royal Enfield de 350 centímetros cúbicos, Vardham logró presentar un motor de 700 centímetros cúbicos. Eso sí, el cárter – realizado por él mismo – daba no pocos problemas de fiabilidad. Sin embargo, tras fortalecerlo empezó a realizar ensayos reales con el motor montado sobre un bastidor. Y vaya, los resultados fueron magníficos. No en vano, su particular visión de la Royal Enfield tenía todo el ruido y comportamiento que se pudiera esperar de una verdadera Harley-Davidson.
Eso sí, con el capricho de ser una transformación única, utilizando de forma muy inteligente la mayor parte de los componentes originales de la Royal Enfield a excepción de un filtro de aceite y los elaborados por sí mismo. No obstante, estos se hicieron pensando en que técnicamente hubieran sido posibles en los años cincuenta. Es decir, la idea de este ingeniero se basó en hacer una motocicleta que, aún hecha hoy en día, replicase a la perfección el espíritu de los tiempos clásicos.
Rápidamente conocido en los círculos más proclives a las transformaciones y la mecánica, aquel motor de 700 centímetros cúbicos parecía quedarse corto. Así las cosas, Vardham se puso manos a la obra uniendo dos cilindros de medio litro para generar el modelo que ilustra estas líneas. Justo el que vendría a ser la versión definitiva de aquella idea nacida en los años noventa cuando aún era un estudiante, representando hoy en día una opción más que interesante para cualquier fanático de las motocicletas con muy baja producción.
El motor de esta motocicleta cuenta con 998 centímetros cúbicos, siendo la evolución de la primera intentona realizada por el ingeniero
Respecto a la estética, lo cierto es que ésta también se ha intentado dejar en un sentido lo más purista posible. De hecho, al menos en la forma de su motor recuerda a ciertas motocicletas británicas como las Vincent posteriores a la Segunda Guerra Mundial. En fin, una máquina que, aunque sólo se fabrica por encargo, bien podría estar en el catálogo de la propia Royal Enfield como un modelo halo con el cual generar bastante ruido mediático.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS