En 1997 apareció la Suzuki AY50 Katana, un scooter “de 50”, que recibió toda clase de críticas por emplear un nombre mítico entre los fanáticos de las dos ruedas. Incluso hay quien dice que fue un acto tonto que mandó el nombre Katana.
Durante la década de los 90, el segmento de los ciclomotores vivía una… ¿segunda juventud? ¿la tercera? La verdad es que su número de ventas era muy elevado y suponían un buen pellizco en los números de las marcas. Además, eran el sueño de muchos chavales y había auténticas guerras comerciales.
En esa época, los scooter “de 50”, tenían una buena acogida, pero no solo por chavales, sino también por usuarios de coche que veían en el scooter un transporte válido y cómodo para ciudad; lo mismo que hacen ahora el segmento de las 125, pero entonces hacía falta obtener el A1 y para el ciclomotor no.
Así, el Suzuki Katana, como se le conocía en la época, llegaba para pelear por un trozo del pastel que se repartían entre unos pocos. Era un scooter destinado al mercado europeo y según afirman desde un par de portales japoneses, con especial interés en España, donde los scooter con motores de 49 centímetros cúbicos tenían uno de sus mejores mercados.
Obviamente, no tenía nada que ver con la famosa Suzuki Katana, o mejor dicho, con la Suzuki GSX Katana de los años 80, solo empleaba, como aquella, el nombre de la espada japonesa y por ello, fue un modelo muy criticado. Si se hubiera llamado de otra forma, no habría existido ningún conflicto, pero en Suzuki quería sacar réditos de una denominación ya registrada, como ocurre en el segmento de los coches con el Ford Capri o el Mitsubishi Eclipse Cross.
El AY50 Katana seguía las tendencias de la época, con un chasis de tubos de acero, un asiento grande y cómodo, un hueco bajo el asiento para dejar el casco, ruedas de 12 pulgadas y un diseño ligeramente agresivo, para llamar la atención de los más jóvenes, quienes daban al aspecto un peso importante en la compra. No era el más bonito, aunque tampoco se podía decir que fuera feo, pero montar un freno trasero de tambor lo situaba ligeramente por debajo de los mejores de la categoría.
Sin sorpresas tampoco en el caso del motor, un monocilíndrico de 49 centímetros cúbicos refrigerado por aire forzado, que rendía 2,43 kW, unos 3,30 CV. Era un desarrollo entre Suzuki y Franco Morini, pero fabricado por esta última empresa. También se ofreció una versión refrigerada por líquido, la Suzuki AY50R Katana, la cual, era ligerísimamente más potente.
Por supuesto, al igual que ocurría con el resto de rivales del segmento, era posible hacer de todo con él, pues existía un enorme mercado de accesorios y piezas de potenciación.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS