La Yamaha WR500 se presentó en 1991, pero no se lanzó al mercado como “model year 1992”. Sin embargo, estuvo muy poco tiempo a la venta, pues en 1993 se detuvo la producción. Yamaha la vendió como una “nueva” motocicleta, pero en realidad era una revisión, profunda, pero revisión, de la “vieja” Yamaha YZ490, que llevaba fuera de competición desde 1989.
Durante algunos años, las motocross con motores de 500 centímetros cúbicos “dos tiempos”, fueron la máxima expresión de la categoría. Auténticas bestias, no aptas para todos los públicos, pero con muchísimos seguidores en todo el mundo, aunque sobre todo en Estados Unidos. Allí son amantes del burro grande, ande o no ande, aunque estos burros sí que andaban. Revistas como Motocross Action las denominaba “motos para hombres”.
La categoría de las Motocross “de 500” vio nacer algunas de las máquinas más veloces del mundo del motocross, como aquella Honda CR500, aunque también conoció modelos más sumisos, aunque no por ello más lentos, como la Suzuki RM500. Y ojo, que sumiso no quiere decir falto de carácter, los motores de 500 centímetros cúbicos y “dos tiempos”, siempre fueron motores poderosos.
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Cuando apareció la Yamaha WR500, solo Honda y Kawasaki mantenían su presencia en la categoría, la cual, solo se había alimentado de modelos japoneses, o casi, durante sus años de existencia y para finales de los 80, solo quedaban dos monturas en la categoría. El regreso de Yamaha fue un nuevo soplo de aire para las 500, pero un soplo de aire que no duraría mucho y, además, con poco ímpetu.
Decimos poco ímpetu no porque la Yamaha WR500 fuera una motocicleta “floja”, lo decimos porque no fue un verdadero intento de mantener la categoría, era más parecido a un intento de limpiar los almacenes de stock viejo. Stock que se centraba en el motor, ya que el chasis se tomaba prestado de la Yamaha YZ250. De hecho, el desarrollo de la moto fue bastante rápido, ya que solo necesitó de dos prototipos fabricados por el equipo de carreras, dos motos que montaban el motor YZ490 en un chasis de YZ250. Sí, había que meter el propulsor casi con calzador, pero funcionó y no necesitó de mucha I+D.
La Yamaha WR500 era una fusión de piezas procedentes de las motos antes mencionadas. El chasis era el mismo de la YZ250 pero algo modificado para la ocasión, mientras que motor era el mismo de la YZ490 pero, igualmente, modificado para la ocasión. Concretamente se cambió el encendido, el carburador, la cámara de combustión y la línea de escape. El encendido tenía menos avance y se redujo la compresión. En cuanto al chasis, era la primera vez que montaba una estructura secundaria desmontable –primicia en la marca–, al tiempo que se modificó el ángulo de dirección, se incorporó un amortiguador trasero diferente, junto a un basculante de nuevo diseño –20 milímetros más largo–.
Al final la combinación funcionó y la Yamaha WR500 demostró que era mejor máquina que la Yamaha YZ490. Se ganó el apodo de “Maytag” porque el motor vibraba mucho, pero no parecía afectar al rendimiento. Los plásticos que daban forma a la carrocería de la WR500 eran idénticos a los usados en las Yamaha WR250 de 1991 y 1992. Solo se fabricaron 1.000 unidades de la Yamaha WR500 y languidecieron en las tiendas durante dos años.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS