La Yamaha YZR-M1 fue la primera MotoGP de la firma japonesa, cuyo estreno se llevó a cabo en 2002 con Max Biaggi y Carlos Checa a los mandos, decoradas con los colores de fábrica. Se trataba de la primera temporada de MotoGP, la “nueva era” del Mundial de Velocidad donde los motores “cuatro tiempos” serían los dominadores.
Y así fue, los motores con válvulas arrasaron a los “dos tiempos” desde el primer momento, aunque también se diseñó el reglamento para que todo ocurriera así. De entrada, los nuevos motores podían tener casi el doble de cubicaje –990 centímetros cúbicos frente a 500–, lo que permitía un mayor margen para obtener potencia. De todas formas, las primeras MotoGP superaban por poco a las “viejas” 500 en lo relativo a potencia, pero la diferencia era abismal en cuanto a entrega y gestión de la misma.
La Yamaha M1 era, salvando las distancias, una evolución de la YZR 500. A simple vista se parecían una barbaridad, el chasis de la M1 derivaba del chasis de la YZR 500 y la cotas generales de la moto también eran muy similares. La firma japonesa quiso preservar la agilidad y algunas características de la 500.
Según contó la marca, cuando se desarrolló la M1 se buscaba un carácter de motor y chasis que ofrecieran facilidad a la hora de exprimir sus bondades. Por ello, se escogió un motor de cuatro cilindros en línea, ya que se consideró que tenía el mejor equilibrio con el chasis y por la experiencia que tenía la propia marca con ese tipo de motor, aunque en la primera parte de la temporada, no se llegaba al máximo permitido por el reglamento.
El motor de la Yamaha YZR-M1 tenía 942 centímetros cúbicos, que pasaron a 990 centímetros cúbicos a partir de la segunda mitad de temporada, cuando se alcanzaron los 200 CV. Sin embargo, ya era tarde, porque la Honda RC 211 V ya había ganado lo suficiente como para hacer muy complicado que otros pudieran llevarse el título. Pero además, como curiosidad, la M1 tenía una alimentación mediante carburadores y no por inyección, pues Yamaha no tenía suficiente experiencia con sistemas electrónicos –con los consiguientes problemas que conlleva una carburación–.
Por otro lado, aunque la moto era muy bonita, no era lo bastante eficiente. El carenado de la Yamaha M1 se desarrolló en túnel de viento y eso permitió que fuera excepcional en recta, pero un compendio de problemas en curva. El carenado era voluminoso y además, sensible al viento lateral.
Sin embargo, la Yamaha YZR-M1 acabó subcampeona del mundo –Max Biaggi– en 2002.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS