La aparición de la Bultaco Sherpa T en 1965 fue uno de los mayores revulsivos en la historia del motociclismo Off-Road y, posiblemente, el mayor si nos centramos en lo referido al Trial. Y es que, no en vano, su diseño ligero y muy manejable -combinado con su mecánica de dos tiempos- rebasó por completo a las anticuadas y pesadas máquinas británicas con motores de cuatro tiempos y, en no pocos casos, bastidores aun derivados de modelos Sport Turismo.
Asimismo, aquello entró con fuerza en el imaginario colectivo cuando Sammy Miller se hizo con la victoria en el Scottish Six Days Trial de aquel mismo año. Prueba que, por cierto, Bultaco volvería a ganar en hasta seis ocasiones más. Dicho esto, a partir de aquello la casa catalana supo evolucionar a su Sherpa T con múltiples generaciones sucedidas a un ritmo casi anual. Todo ello para interpretar no sólo una de sus mejores sagas tecnológicas sino también comerciales, convirtiéndose así en toda una referencia mundial al hablar de Trial.
Sin embargo, a comienzos de los años setenta el resto de marcas habían tomado buena nota del camino abierto por Bultaco lanzado nuevos y sensacionales diseños con los que asaltar las primeras posiciones de la categoría. En este sentido la aparición de la OSSA 250 MAR en 1972 supuso todo un estado de alerta para Francisco Xavier Bultó, quien vio amenazado el liderazgo de su Sherpa T cuando la empresa de los Giró se hizo con el Campeonato de Europa de Trial en 1971 y 1972.
Aunque había recibido algunas actualizaciones -casi cada año aparecía una nueva generación del modelo- la Bultaco Sherpa T empezó a adolecer el paso del tiempo ante máquinas de nueva aparición como la OSSA 250/350 MAR
Y vaya, por si aquello fuera poco los fabricantes japoneses inauguraban la década de los setenta no sólo liderando el mercado mundial a nivel de ventas, sino también demostrando cómo su destreza técnica iba llegando al ámbito del Off-Road con elementos tan ingeniosos como la suspensión monobrazo de Yamaha. De hecho, gracias a sus TY la casa de los diapasones escaló con rapidez en el mundo del Trial llegando a ganar el Scottish Six Days Trial en 1974 y 1975.
Así las cosas, durante la temporada de 1974 Bultaco reaccionó preparando en competición lo que, ya en la gama comercial del año siguiente, acabaría siendo la Sherpa T 159. Equipada con un monocilíndrico de dos tiempos y 326,03 cc -al cual se le había incorporado una culata renovada a fin de dar más par motor de una manera progresiva-, ésta estrenó una geometría de chasis totalmente renovada con el objetivo de ser lo más rígida posible.
Ademas las suspensiones traseras ganaban recorrido al tiempo que adelantaban su posición respecto a la vertical del eje trasero. Con todo ello, el peso en conjunto quedaba en 92,5 kilos que habían de ser impulsados con los hasta 18,5 CV de su motor a 6.000 rpm alimentados por un carburador Bing T 84. Gracias a ello Bultaco los pilotos oficiales y privados de Bultaco pudieron recobrar el aliento frente al auge de la competencia, cosechando en 1974 hasta siete títulos mundiales de la máxima importancia.
A saber: el Campeonato de los Estados Unidos, el de España -con Manuel Soler-, el de Francia, el Mundial, el de Inglaterra y, a modo de remate, los de A.T.A y Finnish. En suma, en pleno retroceso en el mercado estadounidense -un hecho financiero de terribles e irremediables consecuencias- Bultaco sacaba pecho con la que, en términos de competición, ha sido su mejor creación. Sin duda un año sensacional para CEMOTO.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS