Nuestra protagonista de hoy es la KTM RC 390, una moto un tanto especial en su planteamiento y que va destinada a un público muy objetivo. La KTM RC 390 destaca por juntar en un mismo paquete una parte ciclo de altas prestaciones, un motor muy especial y un peso ridículo: tan solo 147 kg en vacío.
La KTM RC 390 vió la luz en 2014 junto con sus hermanas pequeñas: la KTM RC 200 y la KTM RC 125. En 2017 los austriacos presentaron la segunda generación del modelo, que básicamente actualizaba las formas del carenado y la decoración de la moto. El motor y el bastidor son en esencia el mismo en esta nueva generación, aunque el propulsor se ha actualizado a las nuevas normativas Euro 4. Además, hace poco se presentó la KTM RC 390R, una serie limitada con una puesta a punto radical y muy enfocada en circuito.
KTM siempre tiene un planteamiento muy radical en todo lo que hace. El Ready To Race no es solo un eslogan, es toda una filosofía en la casa alpina. La RC 390 cuenta con todo lo que KTM nos tiene acostumbrados: motor extremo, parte ciclo de primerísima calidad, un peso pluma y una postura de conducción agresiva: cargando mucho peso adelante y siempre al ataque.
Para el motor se recurre al monocilíndrico de 390 cm3 que ya se usaba en la KTM Duke. Es un propulsor de altas prestaciones y cargado de tecnología. Está más apretado que las tuercas de un submarino y eso puede comprometer un poco la fiabilidad a largo plazo, pero la diversión está garantizada.
La máquina da 44 CV. Esta cifra no está al límite de la potencia legal del carnet A2, pero sí está en el limite de la relación peso potencia de dicho carnet: 0,2 kW/kg. Esto ya nos dice por dónde van los tiros con esta moto: han preferido sacrificar 4 caballos de potencia máxima sabiendo que si no tendrían que haber “engordado” la moto.
En cuanto a la parte ciclo, el chasis es de entramado tubular de acero de tipo trellis. Este tipo de soluciones destacan por su gran rigidez y poco peso. El basculante es de aluminio y se pueden ver sus fibras interiores de refuerzo lo cual logra mucha potencia visual. La distancia entre ejes es de unos pírricos 1.340 mm.
Los frenos están firmados por Bybre, la marca “blanca” de Brembo. En el eje anterior la moto cuenta con un disco de 300 mm mordido por una pinza de anclaje radial de 4 pistones. Atrás se recurre a un disco de 230 mm. Cuenta con ABS de dos canales. La KTM RC 390 no tiene la frenada estratosférica de una Super Bike, pero para el peso y potencia del modelo es un equipo más que suficiente.
Esta moto es… un juguete. Quizá peque de ser un producto demasiado especializado. Su zona de confort son la carreteras sinuosas, cuanto más reviradas mejor. Es una muy buena moto para pasártelo de miedo en este tipo de escenarios donde su potencia no supone ninguna traba a la diversión. Hay quien describe esta moto como la reencarnación de aquellas 125 2T de los años 80 y 90: motor agresivo, peso pluma y a comer curvas. No hacía falta más para pasárselo bien.
Sin embargo no es una moto de rectas o de altas velocidades. Su postura de conducción al ataque no anima a conducirla en largas travesías. Por otra parte el monocilíndrico es muy explosivo, así que no resulta la opción más recomendable para circular continuamente a altas velocidades. Hablando de velocidad: la punta se sitúa en 170 km/h. El consumo, por otra parte, no es excesivamente elevado: se pueden hacer medias de 4 l/100 km. De todas forma tiene competidoras más… racionales, que consumen menos.
En resumidas cuentas, la KTM RC 390 es una moto muy especial, quizá demasiado. Puede ser muy buena idea como segunda moto, para divertirte en esas escapadas de fin de semana, manteniendo otra moto de planteamiento más tranquilo para cubrir el día a día. De todas formas si eres joven y no te importa penalizar un poco de confort a cambio de ganar deportividad a raudales, puede ser tu modelo.
De segunda mano se pueden encontrar unidades en muy buen estado a precios que rondan los 3.000 euros. Si os animáis a ir a por una, revisad bien la moto puesto que las primeras series a veces presentaban algunos fallos de juventud. Es preferible no arriesgar con kilometrajes elevados aunque la mayoría de las que están a la venta no tienen muchas “horas de vuelo” encima.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS