Hoy toca hablar sobre la Honda CBF 1000, una moto polivalente que se diseñó pensando en todos aquellos motoristas que buscaban una conducción cómoda y relajada, además de una potencia suave y progresiva a la par que contundente. La CBF 1000 es una moto que no hace ruido ni destaca por nada en especial, pero que en general resulta un conjunto muy equilibrado que se defiende razonablemente bien en la mayoría de ámbitos. Este modelo se presentó en 2006 y aguantó sólo cuatro añitos en el mercado, hasta 2010, cuando llegó la CBF 1000 F, que introdujo numerosos cambios y novedades tanto a nivel de motor como de parte ciclo.
Si me preguntáseis sobre qué tipo de moto es esta, os respondería, tras una intensa deliveración, que es una moto de turismo. Los viajes por autovía son su hábitat natural, puesto que el semicarenado y la cúpula ofrecen una correcta protección aerodinámica. La postura de conducción con el tronco erguido y el amplio sillín hacen el resto. Además, es una moto al la que se le puede colocar un baúl y maletas laterales facilmente. Por último, un pasajero es bien recibido en el asiento posterior.
De todas formas, no hemos de confundirla con las touring típicas: motos pesadas, aparatosas y con gigantescos carenados. La CBF 1000 es una touring light, que no se siente incómoda en carreteras reviradas o circulando por ciudad. Es una touring utilitaria, si es que ese concepto existe.
En el apartado mecánico, esta moto heredaba el motor tetracilíndrico de la Honda CBR 1000 RR Fireblade, que se había presentado tan solo un par de años antes. Obviamente, aunque el bloque es el mismo, su funcionamiento no tiene nada que ver con el propulsor de la deportiva.
La mecánica se revisó a conciencia, modificando la admisión, el escape y otros órganos internos para conseguir una respuesta mucho más dulce y una potencia más aprovechable a bajo y medio régimen. Por otro lado, el consumo de combustible y el coste en mantenimiento se reducían notablemente, mientras que la fiabilidad técnica aumentaba.
Este motor eroga 98 CV a 8.000 vueltas; mientras que en la Fireblade la zona roja empieza mucho más arriba, lo cual da como resultado 172 CV a 11.250 RPM. Cuenta con una caja de cambios de seis velocidades y gracias a su caracter tranquilo y racional se pueden conseguir consumos muy razonables de entorno a 5,5 l/100 km.
Para la parte ciclo se recurría a un chasis de espina central construido en acero, en el que el motor forma parte de la estructura soportando parte de las cargas. Esta configuración derivaba del bastidor que se empleaba en la Honda CBF 600. La suspensión corría a cargo de una horquilla convencional de 43 mm en la rueda anterior y un amortiguador central Pro-link en la posterior.
En el apartado de frenos, la moto recurría a soluciones novedosas para la época. Se podía elegir como opción una versión con ABS que incorporaba pinzas de freno delanteras de tres pistones y frenada combinada. Si se prescindía de este componente de seguridad, la moto montaba unas pinzas convencionales de cuatro pistones. En los dos casos, los discos delanteros son de 296 mm y el trasero de 240 mm.
Hemos comentado su faceta más rutera, pero si te dejas las maletas en casa y sales a hacer una ruta con los amigos el fin de semana, es una moto que tampoco defrauda. Su caracter deportivo y prestacional viene dado por el motor de 1.000 cm3 y su buena provisión de par a medio régimen. En conducción espirituosa su mayor hándicap es su peso: son 245 kg de moto en orden de marcha.
De segunda mano se pueden encontrar unidades por unos 3.500 euros. La mayoría de ellas tienen bastantes kilómetros, algo habitual cuando hablamos de motos touring. El motor es una base mecánica robusta y conocida, además gracias al underclocking que se le ha practicado debería de ser muy longevo. La CBF 1000 es una buena oportunidad, es la mil amable. Una moto versátil y polivalente, con un motor grande pero accesible.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS