Si eres de los afortunados que tuvo la suerte de nacer entre la década de los 80 y 90, y si eres un apasionado o tienes un mínimo de interés en el mundo de las dos ruedas, habrás tenido, conducido o conocido a alguien que ha tenido en posesión una Rieju RR 50.
Este ciclomotor puesto a la venta por Rieju en 1994, de enfoque eminentemente offroad (aunque gran parte de ellas se utilizaron solo dentro de población), intentaba ser una enduro en miniatura con la que poder disfrutar del campo cuando aún no tenías edad para llevar motos grandes.
Fue un ciclomotor que estuvo a la venta hasta pasado mediados de los años 2000, con modificaciones menores en estética, ciclo y motor a lo largo de su vida comercial, ya que aunque el propulsor cambió del Minarelli AM4 al AM5 y finalmente al AM6, sus modificaciones internas eran mínimas. Sí varió el desarrollo del cambio, según la versión de propulsor pasando de cuatro a cinco, y finalmente seis velocidades.
El éxito fue tal que convivió durante una época junto a la que sería su sustituta, la Rieju MRX, debido al gran éxito que tuvo nuestra compañera del día de hoy y las ventas que aún generaba.
Y es que esta “moto” sencilla y ligera fue una mesa de quirófano para muchos usuarios de mi edad, en la que aprender a base de ensayo y error -en muchas ocasiones acababa en error- debido a la facilidad para arreglar y modificar su mecánica, con trucajes variopintos consistentes en carburadores mayores, cambios de escape, o conjuntos de cilindro y pistón con el que se podía llegar casi a duplicar el cubicaje del ciclomotor.
Aún sin modificaciones era bastante potente para su cilindrada, y simplemente con eliminarle los topes con los que venía de fábrica era capaz de superar ampliamente los 45 km/h a la que están limitados los ciclomotores según la normativa. Creo que no es necesario comentar que circular con estas modificaciones es totalmente ilegal.
El chasis en todas las Rieju RR 50 era un doble viga de tubo de acero, que se anclaba a un basculante de doble brazo del mismo material. Las suspensiones eran muy básicas, recurriendo a una fina horquilla Showa invertida delantera sin ninguna posibilidad de regulación y a un monoamortiguador trasero anclado, eso sí, mediante un sistema de bieletas.
En el caso de ser la versión “Castrol” (ver foto de cabecera) disponía de botella de gas separada del conjunto, siendo más básico el de la versión estándar, aunque ambos son regulables en precarga.
Con esta sencilla y discreta configuración se conseguía que la “moto” tuviese un peso “en seco” de 88 kg, por lo que aunque no fuese muy potente era bastante prestacional
El propulsor Minarelli, en su versión AM6 -el cuál fue el más vendido y evolucionado en este modelo- cubica 49,7 cc debido a un diámetro/carrera de 40,3×39 mm, y posee una configuración dos tiempos de un solo cilindro con eje de equilibrado.
Incorpora refrigeración mediante líquido y se encuentra alimentado por un carburador Dell´Orto PHBN, además de poseer volante magnético y sistema de arranque “a patada” marca Ducati. Este propulsor va unido a una caja de cambios de seis relaciones con transmisión final por cadena.
Los frenos, siendo sencillos, tenían potencia más que suficiente para detener con solvencia a un conjunto de tan bajo peso y potencia contenida. Contaba en las últimas versiones con frenos con pinza de doble pistón marca AJP, con un disco de 220 mm para la llanta delantera, y pinza de un solo pistón y disco de 180 mm en la llanta trasera.
La llanta delantera es de 21 pulgadas, con un estrecho neumático de 80/90, y la trasera de 18 pulgadas con un neumático 110/80, aunque también existió una versión supermotard con una configuración más asfáltica, que se vendió en mucha menor medida.
En definitiva, la Rieju RR 50 es un ciclomotor que sirvió a muchos para dar su primer paso en el mundo de las dos ruedas, perteneciente a una época en la que se realizaban multitud de modificaciones a estos vehículos (fue una época en la que los ciclomotores no tenían que pasar ITV).
Un ciclomotor que triunfó debido a un precio bajo de compra y buena fiabilidad, y que con elementos más básicos en su parte ciclo que muchos de sus rivales, tenía un buen comportamiento y prestaciones incluso mejores debido a su bajo peso, aunque hay que destacar también que las suspensiones eran tendentes a desfallecer rápidamente si se hacía un uso intensivo o si circulabas de manera habitual con pasajero.
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Jesús Guillermo Pozo
Nací entre las historias de mi abuelo sobre su Derbi 125 Especial y el terrorífico sonido del escape 4 en 1 de la GPX 600 de mi tío y la belleza de su Vmax 1200. Mi padre, fue mi primer profesor con su viejo SEAT 127, y mi madre, cuenta que aprendí las marcas de los coches antes que el alfabeto.COMENTARIOS