La historia de Confederate Motors ha pasado por diferentes etapas a lo largo de sus 30 años de vida, siempre manteniendo la misma filosofía de trabajo, donde la inspiración y un vuelo constante de la imaginación dejan modelos como la Confederate Wraith. Es un ejercicio de estilo y diseño más propio de una exposición de arte contemporáneo que como motocicleta al uso, pero que curiosamente, y a diferencia de la mayoría de prototipos que lanza cualquier marca, se convertiría en una moto realmente excitante y cargada de soluciones técnicas únicas.
Pero para entender la trayectoria de la marca hay que centrar la atención en su historia y fundador, Matt Chambers. Se trata de un abogado con el sueño de crear su propia marca de motocicletas, y J.T. Nesbitt, diseñador de la marca que sigue en estos días dando vida a nuevos modelos en la nueva etapa de Confederate. Ahora es conocida como Curtiss Motorcycles en honor a Glenn Hammond Curtiss, un pionero dentro del sector aeronáutico y de la motocicleta a comienzos del siglo XX.
De hecho, y desde 2017, la nueva marca solamente fabrica motocicletas propulsadas de manera eléctrica, justo un año después vendería los derechos de Confederate y diseños de sus modelos propulsados por motores de combustión interna a Combat Motors LLC, otra microempresa inspirada en diseños y modelos muy similares a los de Confederate y curiosamente asentada en el mismo lugar que esta.
La Confederate Wraith es la culminación a varios años de trabajo y vicisitudes por parte de la marca y sus fundadores, incluyendo la destrucción de las instalaciones tras el paso del Huracán Katrina
Volviendo al modelo que hoy traemos hasta la sección, la Confederate Wraith, solo con echar una primera ojeada a sus líneas te das cuenta que estás ante una motocicleta adelantada a su tiempo. Se presentaba oficialmente a los medios en el Daytona Bike Week de 2005, aunque desde unos meses atrás ya se habían ido filtrando imágenes del prototipo inicial dando una idea de lo que podría a llegar a ser la Wraith, siendo portada entre otros medios de la primera edición de Robb Report Motorcycling a mediados de 2004.
Pero la historia de esta motocicleta y de Confederate daba un vuelco cuando unas semanas después el Huracán Katrina asolaba la Costa Este de EEUU, y entre las zonas más devastadas se encontraba Nueva Orleans, sede originaria de la marca. Allí se había llevado a cabo la mayor parte del proceso de creación de la Wraith y el resto de diseños de Confederate, obligando a parar sus planes de evolución del modelo y teniendo que trasladar su centro de operaciones hasta el lugar donde hoy reside la marca en Birmingham, Alabama.
Una vez vueltos a la normalidad y con el departamento de i+D a pleno rendimiento, la Wraith volvía a la palestra de los principales medios de la industria automotriz demostrando que pronto estaría disponible para los futuros propietarios, aquella motocicleta que según sus propios creadores “era un grito de rebeldía dentro de lo establecido en el mundo de las dos ruedas”.
Prueba de ello era el uso soluciones técnicas únicas, como por ejemplo el empleo de manera masiva de fibra de carbono y aluminio, o el estar construida en su totalidad sin haber utilizado ni una soldadura en ninguno de sus puntos, todo a base de piezas mecanizadas y elaboración totalmente artesanal. Es por tanto digna del mejor de los orfebres, que con sus manos moldea una valiosa joya; esto nos da una idea de lo especial de la obra de Confederate.
La Wraith se construiría bajo el lema “era un grito de rebeldía dentro de lo establecido en el mundo de las dos ruedas”, dejando claro cuáles eran las intenciones de sus creadores
Una muestra de lo que te hablamos es sin duda uno de los puntos clave de esta moto, su chasis, conformado únicamente por un tubo central fabricado al completo en fibra de carbono, que además hace de depósito de aceite para el bloque y del que se sustenta la totalidad de componentes de la Wraith.
Desde el sillín, que nace desde la parte posterior de este, hasta el refuerzo frontal en el que se anclan por un lado la columna de la dirección, donde va incorporado un amortiguador diseñado por Traxxion Dynamics, y por otro las dos piezas laterales en fibra de carbono a modo de horquilla e interconectadas por medio de una placa mecanizada a la pipa de la dirección, y entre ellas por dos barras excéntricas regulables, todo fabricado a partir de bloques macizos de aluminio.
Por otra parte encontrábamos un basculante monobrazo en su eje posterior, así como una carcasa fabricada en aluminio en forma de U que iba atornillada delante y detrás a los laterales de la espiga central a modo de chasis, y que cubría la parte inferior del propulsor, lugar donde también se encontraban tanto el depósito de combustible como la batería, además de emerger el sistema de escape a ras del bloque con una única salida lateral.
Por último teniamos el V-Twin a 45º de 1.490 cc, fabricado por Revolution Performance, un motor que no parecía estar demasiado afinado y que a la postre sería reemplazado por uno de mayor cubicaje obra de JIMS USA, hasta alcanzar los 1.973 cc y los 125 CV de potencia alimentado por un solo carburador de 51 mm Keihin. Este no sería el único cambio que recibiría la Wraith, ya que había infinidad de elementos en el modelo inicial que no eran adecuados para el tipo de motocicleta que se pretendía conseguir.
En la primera variante de la Wraith se emplearon de manera predominante materiales como el carbono y el aluminio, aunque algunos de estos componentes terminarían modificándose en el modelo final.
Elementos como el amortiguador inicial integrado en la columna de la dirección sería reemplazado por un monoamortiguador visto que actuaría de forma paralela a esta ayudado por un amortiguador de dirección. También el asiento del piloto, fabricado inicialmente en fibra de carbono, sería sustituido finalmente por uno con base en aluminio y forrado en piel, mucho más amable con las posaderas de quien se pusiera a los mandos de la Wraith.
Esta nueva versión, en la que Brian Case era el ingeniero a la cabeza del proyecto, sería bautizado en código interno como B120, antes B91 en su primera variante y en él había puestas muchas ilusiones, ya que según los cálculos de Chambers se preveían construir a partir de 2007 unas 250 unidades al año, algo que nunca ocurrió.
El modelo que inicialmente partiría de los 55.000 dólares, dos años después y tras las innumerables revisiones técnicas y mejoras a nivel general, ya costaba por encima de los 90.000 dólares. En parte este incremento también era debido a las posibilidades que ahora ofrecía la Wraith a sus nuevos propietarios a nivel de configuración, donde ya no solo existía un modelo estándar, sino que el cliente tenía a su disposición una larga lista de posibilidades con las que adecuar a su gusto la cruiser deportiva de Confederate.
En la actualidad Combat Motors ofrece lo que podríamos denominar la versión reciente de la Wraith, con una tarifa de salida de 155.000 dólares, prácticamente el triple de lo que se preveía en un principio al inicio del proyecto
Desde la frenada hasta las llantas, pasando por el sistema de escape o tapizados varios, todo era modelable en la Wraith. Ahora podíamos elegir entre llantas forjadas Marchesini o de carbono elaboradas por BST, pinzas de freno de ocho pistones y un solo disco Spiegler o de seis pistones y doble disco delantero. También mantener el silencioso original saliendo bajo el motor o de salida lateral con especificaciones deportivas.
En definitiva, todo en aquella motocicleta era único y exclusivo, pero no lograron acercarse al público deseado, por lo que la producción no llegó a las expectativas de la marca que entre aquel 2007 y el año 2009 no llegaría ni a las 50 unidades vendidas, algo que haría a Confederate replantearse su futuro y el camino a seguir si querían mantenerse vivos.
En la actualidad, y tras vender los derechos de Confederate a Combat Motors, esta última comercializa una versión de nueva factura de la Wraith mejorada en muchos aspectos y donde desaparecen elementos como el chasis de espiga en carbono, ahora de aluminio, e incorpora un nuevo propulsor de 145 CV de potencia y 2.163 cc.
El precio también ha cambiado y ahora deberemos desembolsar 155.000 dólares para hacernos con una de estas, extras u opcionales aparte, aunque se sigue manteniendo la misma silueta y filosofía de aquella primera Confederate Wraith que hizo del modelo una de las motocicletas más legendarias que se hayan fabricado en los Estados Unidos.
J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS