Estados Unidos es tierra de muchas cosas, pero nunca ha tenido especial predilección por los ciclomotores (o moppeds). Mientras estos vehículos eminentemente urbanos triunfaron en Europa, allí llegaron con cuenta gotas. Eso sí, compensaron con crecer lanzando cientos de modelos de recreo y minimotos. Solo hay que ver la popularidad que tuvo (y tiene) la Honda Monkey. Pero a pesar del escaso éxito de los ciclomotores, algunos se abrieron hueco de forma local (es decir, en algunos Estados). Este fue el caso del Safari 300 MT Turbo, que ni servía para ir de Safari ni tenía Turbo…
La marca Safari fue el nombre comercial que utilizó Motor Bike Imports Inc. (MBI). Fundada a mediados de los años 60 en Pennsauken (Nueva Jersey) como First American Bicizeta, se dedicaba a la importación de la Bicizeta de Zanetti, que para que nos hagamos una idea era como una Velosolex pero italiana. A medida que fueron pasando los años, los ciclomotores evolucionaron a unas características más parecidos a los de aquí, siendo las primeras de ellas las Safari Super, que aparecieron sobre 1976.
Con motor Minarelli de dos tiempos, se reconocen por su característico escape pancake (aplanado). Estaban limitadas a 40 km/h, y por lo tanto perfectamente válidas para usar en territorio americano. Con poco más de un caballo de potencia, su construcción era muy sencilla: chasis abierto, motor colgado por la parte inferior, pedales, horquilla telescópica, doble amortiguador trasero, transmisión automática por cadena y frenos de tambor.
Realmente esta estética no entraba por el ojo del especial mercado yankee, pero en 1978 tuvieron la genial idea de lanzar las Safari 300 MT y 400 MT. Idénticas en motor y formas, se diferenciaban por el uso de guardabarros de plástico o de metal. Las siglas MT significan Motorcycle Tank, y esa es su característica principal ya que cuenta con un depósito de combustible idéntico al de una moto, el cual va montado en una barra horizontal que une el asiento con la pipa de la dirección, aportando un extra de rigidez.
No se puede negar que este “pegote” a ojos del usuario europeo, queda cuanto menos extraño. En algunas fotos se puede apreciar perfectamente el tubo por el que desciende la gasolina al carburador, lo que le da un aspecto de solución provisional. Pero sea como fuera, acertaron con los gustos y se empezó a vender relativamente bien en Nueva Jersey y otros mercados como Maryland o Florida. Estos modelos disponían del motor Minarelli V1-H, que destaca por su fiabilidad casi a prueba de ataque nuclear en plena Guerra Fría.
Realmente desconocíamos este modelo, que se vendió bastante lejos de aquí. Ha sido gracias a los chicos de Bike-urious que la hemos conocido, y con ello profundizar un poco más en su historia y curiosidades. Por cierto, la Safari 300 MT Turbo de las fotos está a la venta.
Ender
Japan Rules!!COMENTARIOS