La Montesa Crono 75 es una de esas monturas que no aparecen porque sí, sino por la necesidad producto de un contexto donde se concitan diversos factores. Dicho de otra manera, ésta es una de las máquinas fruto “ d’un temps, d’un país “. Así las cosas, aun habiéndose presentado en 1977 lo mejor será remontarnos hasta comienzos de los sesenta. Momento en el que el automovilismo estaba comiendo terreno apresuradamente al motociclismo. De hecho, mientras en 1957 había aparecido el SEAT 600, en 1965 lo haría el SIMCA 1000 de Barreiros. Todo ello junto a la aparición de modelos accesibles en precio salidos de la factoría de la FASA en Valladolid, así como los Authi-Mini ensamblados en la navarra de Landaben. Con todo ello, el trabajador de las nuevas clases medias dejaba atrás lo descubierto de las dos ruedas para acudir al trabajo recostado en el asiento de su flamante utilitario.
Resultado de esto fue la necesaria reinvención de la industria motociclista. Un proceso en el que no pocas pequeñas marcas – especialmente aquellas que dependían de motores AMC o Hispano-Villiers – se fueron quedando por el camino, dejando vía a libre a aquellas que sí supieron recolocarse en los nuevos nichos de mercado abiertos a finales de la década. En este sentido, aunque se seguían ofreciendo motocicletas prácticas para el día a día, lo cierto es que la principal vía de negocio fue la abierta por los diseños enfocados al ocio. Especialmente si estos se enviaban a mercados como el norteamericano, donde las monturas de campo arrasaban en todas y cada una de sus especialidades.
Llegados a este punto, marcas como Bultaco, Montesa u Ossa ya tenían desplegadas para recibir la década de los setenta sus imponentes gamas de enduro, motocross, trial y campo en general. Algo que se vio especialmente en Montesa, la cual tenía una oferta dominada por estos rentables modelos llegando a clausurar la fabricación de la Impala en 1972. No obstante, el mundo del asfalto en clave deportiva también seguía teniendo su evidente nicho de mercado. Es más, debido al aumento de la capacidad de consumo, cada vez eran más las familias que se podían permitir un capricho tan burgués como comprarle a su vástago adolescente con permiso A1 – a partir de los 16 años – una montura de dos ruedas con menos de 75 centímetros cúbicos. Además, con un claro toque deportivo.
Creada a partir de un motor diseñado para una montura de enduro, con la Crono 75 se ofreció una opción más que atractiva a los jóvenes que se acabasen de sacar con 16 años su carnet A1
Montesa Crono 75, deportividad al acceso de la adolescencia
Consideraciones sociales aparte, lo cierto es que la Montesa Crono 75 cuenta con un diseño y un motor de lo más interesantes. Es más, gracias a ello hoy en día es una de las clásicas más queridas por la afición centrada en el ámbito de los ciclomotores deportivos. Y no es para menos, puesto que Montesa hizo un gran esfuerzo a la hora de situar a la Crono 75 en medio de la feroz competencia representada por las Puch Cobra 6C, Derbi Sport Coppa 75 o las diferentes evoluciones de la Bultaco Junior 74.
Para ello la dotó del motor de la pequeña enduro 75 L, incorporando unos desarrollos más largos en sus seis marchas eso sí. Así las cosas, el monocilíndrico de 74,8 centímetros cúbicos entregaba hasta 12 CV para alcanzar una velocidad máxima de 102 kilómetros por hora. Cifras nada despreciables, especialmente cuando recordamos que la Montesa Crono 75 se trata de un modelo enfocado a la clientela más joven. Ésa que, gracias a este diseño bastante deportivo y emocionante visto en su debido contexto, encontró en ella su primer vehículo motorizado.
Respecto al diseño, éste se cuidó bastante para ser lo más pulido posible. Y bueno, a la vista está el resultado, con esa combinación de negro cromado en la mecánica, rojo en el carenado y dorado en las llantas de siete radios tan típicas de esta Montesa. De hecho, aunque el resultado comercial de la Montesa Crono 75 fue un tanto dudoso – sólo se llegaron a unas 1.400 unidades – su carácter inspiró el realizar una versión más prestacional a la que se incorporó un motor de octavo de litro.
Aunque no se vendió de forma masiva, sus evidentes encantos deportivos hicieron que ésta fuera la primera piedra de una saga en la que aparecieron motores de 250 y 350 centímetros cúbicos
De esta manera, en 1979 salió al mercado la Crono 125. Prácticamente igual en todo aunque con una mejor respuesta, elevando la potencia hasta los 16 CV – los amantes de las fichas técnicas tendrán comprobado que en las de las Crono 75 y 125 no aparece el dato exacto. Si usted cuenta con documentación más precisa por favor no dude en usar el buzón de correo de este redactor – . Además, la punta se aumentó hasta los 116 kilómetros por hora. Y es más, en 1981 se lanzó la Crono 350. Esta ya sí muy diferente a sus hermanas pequeñas, aunque arrimándose a las mismas en el nombre comercial para aprovecharse de la buena fama conseguida por las mismas. En fin, no hay duda sobre los encantos que para buena parte del mercado más joven tuvo – y tiene – la Montesa Crono 75.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.Ja ja, la de veces que le pedí a mi padre que me dejará sacarme el A1 para tener esa preciosa moto, por desgracia nunca cedió a mis súplicas