Moto del día: OSSA Pluma 250

Moto del día: OSSA Pluma 250

Reconocida como la primera Trial de la marca, en ella se vio la clara influencia de Mick Andrews al desarrollarla sobre la 230


Tiempo de lectura: 4 min.

Pensar en OSSA es pensar en competición y, para muchos, especialmente en competición sobre tierra. Un apartado en el que la OSSA Pluma resulta un hito fundamental, pues fue el primer diseño de la marca creado por y para el Trial – en la versión 250 – . Pero vayamos por partes. Lanzada en 1967, obviamente la OSSA Pluma es uno de aquellos productos consecuentes para con la popularización del automovilismo. Responsable directo de haber reducido la cuota de mercado correspondiente a las motocicletas de 125 centímetros cúbicos, abocando así a una necesaria especialización deportiva si se quería seguir vivo dentro de la industria.

De esta manera, tanto en asfalto como en tierra aparecieron todo tipo de modelos deportivos en las gamas de Montesa, Bultaco u OSSA desde comienzos de los años sesenta. No obstante, llegados a este punto debemos hacer una precisión. Y es que, mientras en todo lo relacionado con el asfalto el motociclismo ibérico más o menos se valía con su propia experiencia mecánica y cantera de pilotos, en lo referido a los caminos se necesitó de la necesaria ayuda anglosajona. Algo que, por otra parte, resultaba completamente normal ya que, en el contexto Europeo, fue el Reino Unido el país donde nació la popularización de estas disciplinas embarradas.

Así las cosas, mientras Bultaco cooperaba con Don y Derek Rickman de cara a producir las Metisse, OSSA decidió echar mano del piloto inglés Mick Andrews. Uno de esos deportistas capaces de hacer equipo, plenamente conscientes de que su labor no sólo consiste en manejar la moto, sino también cooperar y trabajar con los mecánicos en plena sintonía para la mejora del diseño en todos los aspectos posibles. Impresionado por esta cualidad, Eduard Giró acudió personalmente al Reino Unido para fichar a Andrews. Y sí, en 1967, coincidiendo con la presentación de la OSSA Pluma 230, lo consiguió. Un momento de lo más importante para la empresa catalana, naciendo una de esas provechosas duplas de piloto e ingeniero funcionando de forma coordinada.

OSSA Pluma 250, la primera Trial de la marca

Con Mick Andrews en plantilla, al fin OSSA tenía una luz que la pudiera guiar de forma efectiva por el mundo del Trial en el Reino Unido. Y sí, decimos claramente el nombre del país porque en el caso de la penetración en el mercado norteamericano todo estaba resuelto desde 1966 gracias a Yankee Motors. La empresa que hacía las labores de importadora, contando con el inquieto y efectivo piloto Dick Mann.

Un hombre que había defendido su carrera sobre monturas Bultaco para, desde 1967, soler aparecer en los circuitos con una motocicleta de chasis propio y motor OSSA. Precisamente, aquella que de tanto éxito fue finalmente llevada a serie bajo el nombre de 250 DMR. Pero volvamos a la OSSA Pluma. Afinada con la ayuda de Mick Andrews, hay que reconocer cómo poco a poco se fue haciendo un hueco en las parrillas de salida en el Reino Unido.

Todo ello gracias a su chasis de doble cuna, sobre el cual se acomodaba la mecánica monocilíndrica de dos tiempos con 16 CV a 6.000 revoluciones por minuto y 230 centímetros cúbicos. Efectiva, pero en conjunto más cercana a una motocicleta de Motocross que a una de Trial. Y es que, atención, cuando hablamos del lanzamiento de la OSSA Pluma estamos hablando de su primera versión. Ésta que, por cilindrada, fue llamada Pluma 230.

ossa pluma 250 (2)

Llegados a este punto, no fue hasta dos años más tarde, en 1969, cuando al fin se lanzó un modelo al que sí se puede proclamar como la primera Trial de OSSA. La OSSA Pluma 250. Diferenciada de la anterior en su motor con 244 centímetros, pero especialmente en el manillar, la protección del filtro de aire y un encendido electrónico que hacía al motor más efectivo al transitar por zonas embarradas o, sencillamente, especialmente húmedas. Un diseño, al fin, plenamente apto para la práctica concreta del Trial. Se notaba la mano de Mick Andrews ejercida desde 1967 – momento de salida de la 230 – en adelante.

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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