Moto del día: Aleu

Moto del día: Aleu

Esta marca casi desconocida hoy en día fue una iniciativa más en el inquieto panorama motociclista catalán


Tiempo de lectura: 4 min.

Rebuscando en el panorama de clásicas nos surgió hace tiempo una pregunta. ¿Cuál sería el modelo más difícil de encontrar hoy en día en unas condiciones más o menos aceptables? Dicho esto, lo cierto es que quitamos del medio todo lo referido a bicicletas motorizadas, ciclomotores o velomotores. Al fin y al cabo, debido a su sencillez y precio accesible aquellos vehículos se fabricaron con la misma alegría con la que se tiraron al olvido. Así las cosas, decidimos plantear nuestro debate en torno a motocicletas turismo con 125 o más centímetros cúbicos. De esta manera, emanaron referencias muy diversas. Sanglas, Soriano, Lube, Setter… Hasta que nos vino al recuerdo una de las marcas con menor producción y vida más breve de entre todas las que han conformado el mundo de las dos ruedas en España. Hablamos de Aleu.

De hecho, posiblemente su modelo más glosado siquiera sea una motocicleta. Sino el microcoche Bambi, presentado en 1954 bajo unas líneas realmente llamativas. Casi de juguete y con tres ruedas en vez de cuatro para evitar así la necesidad de incorporar un diferencial en el eje trasero. Una iniciativa más pensada de lo que pudiera parecer, ya que en la Barcelona de aquellos años los microcoches vivían una época dorada con el Biscúter al frente, con versiones tan llamativas como la que diseñara Pedro Serra a imitación en miniatura de los Pegaso Z102. Verdaderamente interesante.

Llegados a este punto, lo cierto es que encontrar una motocicleta de Aleu es todo un reto para cualquier coleccionista. No en vano, apenas se produjeron durante unos pocos años. Concretamente desde 1952 hasta 1956, siendo absorbida la marca por su crediticia y proveedora Manufacturas Metálicas Monfort. La cual, por cierto, además de suministrar los bastidores de cuna simple usó los derechos comerciales de Aleu hasta, al menos 1960. Ahora, ¿por qué su gama de motocicletas duró tan poco tiempo? Bueno, la respuesta es relativamente sencilla siempre y cuando observemos el panorama catalán de aquel momento.

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Aleu, una vida corta aunque interesante

De una manera un tanto injusta, han sido y son muchos los aficionados que sentencian a no pocas marcas españolas de los años cuarenta, cincuenta y sesenta bajo un mismo reduccionismo. Aquel que proclama el supuesto poco valor desempeñado al juntar diferentes piezas suministradas por terceros para crear así un modelo teóricamente original. Y sí, obviamente hay una parte de razón en todo ello. Y es que, al fin y al cabo, fueron multitud las empresas que usaron, por ejemplo, los motores Villiers e Hispano-Villiers en vez de crear sus propias mecánicas.

Algo que, como en el caso de Aleu, puede extenderse también al caso del bastidor. Sin embargo, señalar aquello obvia el resto del conjunto. Un conjunto donde las severas limitaciones a la importación de ciertas materias primas ponían las cosas muy difíciles durante la posguerra. ¡Hasta Montesa ya en los sesenta registró problemas con la calidad del acero que podía importar! Algo que se dejó notar en algunas de sus primeras motocicletas de Cross. Y eso por no hablar de un tejido productivo seriamente dañado, incapaz de ponerse al día en materia de patentes propias frente a la ingeniería británica, italiana o francesa. De esta manera, incluso crear una marca basada en múltiples proveedores resultaba una hazaña sobradamente elogiable en la España de aquellos años.

Conscientes de ello, la verdad es que resulta muy meritoria la aparición de Aleu desde su fábrica catalana de Esparraguera. Más aún al contemplar cómo, en este caso, sí se usaron mecánicas propias de dos tiempos con opciones de 125 y 200 centímetros cúbicos. No obstante, para aquellos primeros años cincuenta el panorama de las turismo ya tenía referentes nacionales muy potentes como Lube o, especialmente al hablar de Barcelona y su entorno, Montesa.

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Bajo este panorama, Aleu sólo fabricaba unas 8 o 10 motocicletas al día. Totalmente insuficiente para mantener una empresa con vocación generalista. Así, sus al menos tres modelos – el más antiguo reconocible por su sillín con muelles, aunque ya con unas suspensiones plenamente identificables en su trasera – tuvieron una proyección más bien escasa. Además, el público estaba dividido entre quienes pensaban que éstas eran unas máquinas muy fiables y sus contrarios. Llegando a decir que sólo eran aptas para ir a pie. Sea como fuese, lo cierto es que, hoy en día, las Aleu son una verdadera pieza de colección para los más enfocados en el panorama catalán.

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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