Tras salir de Montesa por las disputas con Pere Permanyer sobre cómo abordar o no la deportividad y las carreras, Francisco Xavier Bultó presentó el primer modelo de su propia marca. Era la Tralla 101 de 1959, y en ella ya se establecía la definición prestacional de la misma. De esta manera, aquella Sport-Turismo era válida para el día a día, sí, pero al mismo tiempo resultaba perfecta para entrar al circuito. Es más, de ella derivaron las primeras TSS del equipo oficial al tiempo que multitud de unidades en estado de serie se hacían con excelentes puestos en multitud de carreras celebradas en España.

En paralelo, Bultaco ampliaba su gama con modelos como la 155. Una opción de más cilindrada que la Tralla pero, al tiempo, pensada para rodar sosegadamente sobre una curva de potencia tan plana como constante. Sin embargo, la nueva marca tenía un segmento comercial clave sin cubrir. Y es que, no en vano, sus creaciones se iban de precio por encima de la media marcada entre las numerosas turismo con dos tiempos y octavo de litro presentes en la época. Así las cosas, en Bultaco se pusieron manos a la obra con el diseño de una motocicleta sencilla, fiable y económica de cara a un público amplio y poco exigente.

Con todo ello, a finales de 1961 se presentó la Bultaco Mercurio en una única opción con 125 centímetros cúbicos gracias a usar el mismo monocilíndrico empleado en la Tralla 101. Eso sí, debidamente reducido aquí de 12 CV a 9 CV gracias a disminuir la compresión así como a instalar un carburador con 4 milímetros menos en el diámetro de su difusor. De esta manera, su comportamiento resultaba correcto y nada nervioso. Ideal para aquel público sin ínfulas deportivas que, desde el primer momento, acogió con buenas ventas al nuevo modelo. Llegados a este punto, las Mercurio se incorporaron a la historia de Bultaco siendo parte de una de sus sagas más sólidas y longevas.

Tras la Tralla 101 y su derivada algo más pausada la 155, el nacimiento de la saga Mercurio se presentó como la opción de acceso a la gama de carretera en la marca catalana

Bultaco Mercurio 175 GT, la última evolución

Buscando hacerla más atractiva en el mercado, la Mercurio recibió una primera actualización en 1963 incrementando su cilindrada hasta los 153 centímetros cúbicos. Además, tres años más tarde experimentó una puesta al día en la que, además de contar con novedades en la línea, veía aparecer una versión con 175 centímetros cúbicos dirigida a los mercados de exportación. Todo ello mientras la versión original se veía definitivamente sustituida por la Junior para, de esta manera, consolidar a la Mercurio en el segmento de las turismo para el día a día con entre 150 y 200 centímetros cúbicos.

No obstante, aquel segmento repleto de monturas correctas sin necesidad de contar con una personalidad arrebatadora estaba contra las cuerdas. No en vano, sus ventas caían desde comienzos de los sesenta al mismo ritmo que aumentaban las de los automóviles producidos en la SEAT o la FASA. En verdad, no mucho más caros que una motocicleta. Así las cosas, la Mercurio permaneció en la gama de Bultaco, cierto, pero sin prácticamente ninguna actualización.

De hecho, desde 1966 hasta la aparición de la Mercurio 155 GT no hubo ni una sola nueva variante en la gama de la Mercurio. Es más, la 155 GT apenas mostró cambios en el bastidor, centrando así las mejoras en el motor con 147 centímetros cúbicos y 7,7 CV responsable de reunir algunas de las innovaciones técnicas ya probadas en otros modelos. Además se incorporaron los fuelles cubrecadena al tiempo que se acometían algunos retoque estéticos.

Desde el principio hasta el final, la saga de las Mercurio fue fiel a los planteamientos de sencillez, economía y fiabilidad bajo los cuales salió al mercado en 1961

Con todo ello, la Mercurio parecía haberse adaptado a los tiempos. Más aún cuando, a decir verdad, el segmento de público al que se dirigía apenas demandaba más virtudes que la sencillez, la fiabilidad o la economía. No obstante, en 1976 aparecía la Mercurio 175 GT. Última versión de la saga con un motor de 176 centímetros cúbicos y 12 CV gracias a un carburador Zenith con 22 milímetros. Eso sí, la relación de compresión se situaba en 7,5:1 para dar así pistas muy claras sobre el carácter de la motocicleta. Ni más ni menos que el mismo ya exhibido en 1961 por la primera Mercurio. Y es que, además, Bultaco apenas contaba con medios financieros como para desarrollar una nueva gama de asfalto más allá del magnífico destello interpretado por las Streaker 74 y 125. De todos modos, la 175 GT siempre quedará como la última versión de una saga en la que, lejos de lo visto en las Tralla o Metralla, lo importante no era tanto la deportividad como la sobria eficiencia en el día a día.