Thruxton es una antigua base aérea de la RAF convertida en mítico circuito de velocidad después de la Segunda Guerra Mundial. Localizado en el sur de Inglaterra, en el condado de Hampshire, tuve la enorme suerte de visitarlo hace algunos años. Este fue el sitio donde en 1958 una Bonneville T120 compitió y ganó en las 500 millas de Thruxton, inaugurando un nuevo concepto de motociclismo deportivo: el Café Racer. Durante la década de los sesenta, toda una generación de jóvenes pilotos Café Racer eligió esta motocicleta por su combinación de estilo y rendimiento deportivo. Triumph, como homenaje a este nuevo movimiento, puso el apellido Thruxton a su Bonneville en 1964 y desde entonces ha sido considerada la Café Racer original, con ella se inició esta categoría tan especial del motociclismo. Solo la Norton Commando pudo hacerle algo de sombra en su momento.
Triumph acaba de anunciar el final de la producción de la Thruxton. Tras casi sesenta años la Café Racer por excelencia se dejará de fabricar el próximo año. Una despedida amarga para los que somos incondicionales de la marca. Soy el feliz propietario de la hermana pequeña de la Thruxton, una Bonneville, desde hace veinte años y las sensaciones que me aporta cada vez que me subo en ella son inigualables. Son motocicletas versátiles, válidas para todo, con buen manejo en carretera y la Thruxton con un claro enfoque deportivo. Por su aspecto, tendrás la sensación de estar montando una moto clásica de los sesenta, aunque en su interior alberga la tecnología más avanzada que proporciona potencia y seguridad.
La marca no ha anunciado reemplazo para el modelo y no ha dado explicaciones de por qué ha tomado esta decisión. Es de suponer que la enorme competencia y las bajas ventas del modelo habrán contribuido a su final. El movimiento Café Racer no está en sus mejores momentos. Estamos ante el adiós de un modelo que podemos considerar mítico y que va a dejar un vacío difícil de cubrir. Afortunadamente Triumph, que el año pasado celebró su 120 aniversario, sigue teniendo buena salud y su futuro de momento está garantizado.
Los de Hinckley han puesto a la venta una edición final que rinde homenaje al modelo y que a buen seguro será objeto de coleccionista. Con algunos detalles diferenciadores respecto al resto de la gama como el color, competition green y las inscripciones de “final edition” en el motor, además de un certificado de autenticidad firmado por todos los miembros del equipo de diseño y el director ejecutivo de Triumph, Nick Bloor.
Durante sesenta años la Thruxton ha entrado y salido del catálogo de Triumph en varias ocasiones, quién sabe si en algún momento de las próximas décadas volverá de nuevo a revitalizarse el Café Racer y esta icónica motocicleta volverá a la vida en todo su esplendor. Vaya desde aquí nuestro homenaje y despedida a esta maravillosa máquina que tan feliz hizo a una generación de jóvenes e indomables pilotos de los sesenta.
Ángel Arias
La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.Una moto preciosa y mítica…que empezará a cotizarse.
Completamente de acuerdo Jose Manuel.