Si bien los compresores volumétricos nacieron en los altos hornos buscando una mayor temperatura de combustión a fin de fundir mejor los metales, el turbocompresor tuvo sus mejores inicios en el marco de la aeronáutica ya antes de la Segunda Guerra Mundial. Gracias a ello, los motores de avión conseguían disminuir la falta de potencia experimentada según ganaban altura. Una altura tan extenuante que se situaba en zonas donde ya escasea el oxígeno y, por tanto, la mezcla de combustión de un motor atmosférico se viene abajo.
Dicho esto, lo cierto es que el mundo del motociclismo no ha necesitado de aplicar el turbocompresor. Total, para mover una motocicleta no es necesaria una gran cantidad de fuerza y, además, si lo que estamos buscando es alcanzar unas prestaciones de órdago en competición sólo basta con producir motores capaces de girar a un ritmo endiablado. Así las cosas, más allá de alguna extravagancia poco recurrente lo cierto es que la historia mecánica de las dos ruedas se ciñe al ámbito de los motores atmosféricos.
Sin embargo, en 2013 Suzuki quiso revisar todo aquello presentando el prototipo Recursion. Para empezar, éste era tan ligero que sólo llevaba freno de disco en la rueda delantera. Además, su aspecto deportivo y al tiempo urbano prometía una montura plena de versatilidad. De todos modos, lo más revolucionario se situaba en su motor. Un bicilíndrico de 588 centímetros cúbicos que, gracias a la acción de un pequeño turbocompresor, podía pasar de los 65 a los 100 CV.
Llegados a este punto, la Suzuki Recursion parecía poner sobre dos ruedas el tan manido concepto del downsizing automovilístico. Básicamente, reducir la cilindrada -y por ende el consumo- sin perder potencia gracias a la acción del turbocompresor. Algo, por otra parte, ya con raíces en los tiempos inmediatamente posteriores a la primera Crisis del Petróleo allá por 1973.
Dicho esto, aquel prototipo quedó en el baúl de los recuerdos como otra más entre las muchas excentricidades mecánicas de los fabricantes japoneses. Sin embargo, el pasado mes de abril se descubrió cómo Suzuki acababa de registrar una patente relativa a la forma del turbocompresor y cómo alojarlo por delante de los cilindros. Es decir, lejos de ser un simple ejercicio de diseño es posible que, finalmente, la Recursion pueda llegar a serie.
El turbo nunca ha sido para nada habitual ni necesario en las motocicletas. Sin embargo, parece que Suzuki se está empeñando en cambiar este rumbo de las cosas
Sea como termine siendo, lo cierto es que este prototipo es, a día a de hoy, uno de los diseños motociclistas más interesantes en el panorama de la última década. Y es que, quizás, lo que se ha hecho en el mundo del automóvil podría funcionar en el de las dos ruedas. Eso sí, recordemos: aquí ni es tan importante el factor del consumo ni tampoco el del par motor. De todos modos, aunque fueran innecesarios los alardes mecánicos siempre permiten abrir nuevas e interesantes puertas. Estaremos atentos.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS