Fue en 1992 cuando, tras el éxito de la Zephyr 750 –aparecida un año antes–, se lanzó la Kawasaki Zephyr 1100, la cual también llegó acompañada de una hermana más pequeña, la Zephyr 550. Por entonces, el mercado estaba muy nutrido de modelos, aunque era bastante diferente a lo que tenemos actualmente, básicamente, porque las naked deportivas todavía no había conquistado el segmento. Por entonces, las naked como la Kawasaki Zephyr tenían otro talante más lógico y razonable, más versátil.
Y es ahí donde apuntó Kawasaki con la familia Zephyr y por supuesto, con la más grande de todas, al 1100. Pero también se apostó por una moda que parecía tener mucho tirón en aquellos años: las naked de aspecto retro. Da la impresión de ser algo cíclico, pues las naked de aspecto retro también fueron moda durante comienzos del siglo XXI y todavía tienen su hueco en el mercado. Es más, seguramente, un modelo como la Kawasaki Zephyr encontraría su hueco en el mercado actual.
Por aquellos años, para ponernos un poco en contexto, la Ducati Monster todavía no había nacido, como tampoco lo había hecho la Yamaha Fazer o la Suzuki Bandit. En su lugar, estaban en liza motos como la Yamaha V-Max, la Suzuki GSX-1100G o la Honda CB 1000 Big One. Todos ello modelos “desnudas” con un talante más tranquilo que cualquiera de las naked que llegaron después, y que tenemos actualmente, claro. Ni siquiera la Zephyr 1100 era una moto de aspiraciones deportivas-.
La Zephyr representa a la perfección el concepto de moto naked que fabricaban las marcas japonesas en aquellos años, y otro ejemplo es que a la Zephyr 1100 la denominaron como “power naked” a pesar de que su motor no rendía más de 90 CV. Motor que no contaba con soluciones especialmente avanzadas, sino que era, más bien, sencillo. Tenía cuatro cilindros en línea con 1.062 centímetros cúbicos, cuatro carburadores Keihin, dos válvulas por cilindro y refrigeración por aire.
El talante de la Kawasaki Zephyr 1100 se notaba también en otros apartados, como el bastidor. Este se componía de un chasis doble cuna de acero, horquilla delantera convencional con barras de 43 milímetros, dos amortiguadores traseros y frenos con discos delanteros de 310 milímetros y pinzas de cuatro pistones. Según algunas pruebas de la época, el motor podía poner en aprietos a este conjunto, que, en general, resultaba bastante suave y poco rígido. Los frenos, por ejemplo, podían llevar a la horquilla al límite a poco que se frenara con contundencia.
No obstante, la relación peso potencia era, como en casi cualquier motor, muy buena: 2,6 kg/CV, gracias a que no era demasiado pesada. En vacío anunciaba 242 kilos, pero con el depósito de 19 litros, se iba, lógicamente, hasta los 260 kilos.
La 1100 no contó con la misma acogida que la 750 en Europa, aunque en Japón sí contó con unas buenas ventas.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS