El lanzamiento de la MV Agusta F4 supuso todo un acontecimiento. Por un lado, era el regreso de una firma mítica, y por otro, presentaba un diseño desarrollado por Tamburini, que había estado en anteriormente en Ducati y, entre otras cosas, había creado la saga 916-998, cuyo diseño está considerado como uno de los mejores del mundo de la moto.

Aquella primera F4 pronto comenzó a ocupar portadas de revistas y debates entre aficionados. Se llegó a decir que el diseño de Tamburini podría haber sido el reemplazo de la Ducati 998 y se halagó con ímpetu ese órgano de iglesia que salía bajo el colín. Era, sin duda, una belleza con ruedas, había algo en esa moto que no tenían las demás. De hecho, lo había, porque de otra forma no se podía explicar que su diseño aguantara en el mercado 10 años sin apenas cambios –como le pasó a la Ducati 916-998, por cierto–.

La primera generación de la MV Agusta hizo acto de presencia en 1999 y se renovó casi por completo en 2010 –entre 1999 y 2010 se fueron lanzando diferentes versiones y evoluciones–. Bueno, en realidad se renovó por completo, aunque a simple vista apenas se notaran los cambios. Chasis y carrocería eran totalmente nuevos al igual que el propulsor. A simple vista, la carrocería cambiaba muy poco, se notaban ciertos detalles que no eran iguales y la cuádruple salida de escape dejó de tener tubos circulares y en su lugar, se implementó una cubierta que mantenía las cuatro salidas, pero se trataba de todo un bloque que cubría los cuatro tubos.

El motor, de cuatro cilindros, tenía 998 centímetros cúbicos y con el rediseño, incorporaba dos inyectores por cilindro. Rendía 186 CV, muy poco por debajo del motor de 1.078 centímetros cúbicos de la F4 de 2009. La inyección, de nuevo desarrollo, además de dos inyectores también tenía cuerpos de acelerador de 49 milímetros, y trabajaba con un sistema de admisión variable, un embrague antirrebote y un sistema de control de tracción con ocho niveles de ajuste.

Dicho motor estaba montado en un chasis más compacto. Era más corto, más estrecho y más ligero, combinado con un nuevo basculante monobrazo 20 milímetros más largo, aunque 1,2 kilos más ligero. La horquilla también era más ligera y según MV Agusta, solo pesaba cinco kilos.

MV Agusta presentó su F4 como “la moto superdeportiva más bella del mundo”, y lo adornó con una pregunta: “¿se puede mejorar la perfección?”. La revista Motociclismo la llegó a considerar como una de las mejores Superbike de calle de todos los tiempos.