El BMW C1 siempre será recordado como el mayor fracaso de BMW Motorrad, por ser un scooter feo –siempre según gustos– y con mucho peso. Sin embargo, todo el mundo se olvida de sus virtudes, como su seguridad, la innovación o el avance tecnológico en diferentes apartados que supuso su desarrollo.
La variante con motor de 125 centímetros cúbicos fue la más popular, básicamente, porque era el BMW C1 más barato –si se puede decir eso de un scooter que costaba casi 6.000 euros –las primeras unidades se vendieron en pesetas, 951.000 pesetas exactamente, 5.716 euros–.
Motor, por cierto, que estaba diseñado y desarrollado por Rotax, pero fabricaba BMW, un monocilíndrico de 125 centímetros cúbicos refrigerado por líquido, inyección y cuatro válvulas por cilindro. Tenía incluso catalizador. Rendía 125 CV a 9.250 revoluciones, podía alcanzar los 100 km/h y según datos oficiales, el consumo era de 2,9 litros a 90 km/h.
Por datos, el motor cumplía sobradamente y se situaba en la media del segmento. Es posible que si no hubiera tenía que lidiar con 185 kilos declarados y un centro de gravedad tan alto, las prestaciones podrían haber sido mejores. Además, según algunas pruebas de la época, el confort era muy alto y la sensación de conducir sin casco era enormemente agradecida por muchos usuarios, los cuales, en un gran número, procedían del sector del automóvil.
El BMW C1 125 rompía con lo establecido y su desarrollo había contado con una larguísima serie de pruebas de seguridad, pero eso, precisamente, también fue su perdición. No es nada nuevo si decimos que su diseño no gustó, la conducción era delicada en algunas circunstancias –el techo y sus pilares, escondían en su interior una estructura de tubos que situaba el centro de gravedad muy elevado– y llevar pasajero era una odisea y, además, visualmente era ridículo.
BMW ofrecía un kit de asiento y estriberas para llevar pasajero, pero este quedaba detrás del respaldo del conductor, como castigado mirando a la pared y, en su caso, sí estaba obligado a llevar a casco. No obstante, lo mejor era hacerse con el cofre que la marca ofrecía en opción con una capacidad de 35 litros. Con el tiempo llegaron opciones más grandes y el mercado de los accesorios empezó a ofrecer muchas más cosas entre las que elegir.
Así pues, el BMW C1 125 era un vehículo un poco contradictorio. Por prestaciones, salir del centro de la urbe era tan limitado como cualquier otro scooter, pero en la urbe sufría algunos problemas, como el ya mencionado elevado centro de gravedad, su anchura o el peso general, que hacía que tampoco fuera su ambiente. ¿Dónde rendía realmente bien este vehículo?
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS