La König 500 es una motocicleta de competición bastante peculiar. Y no porque tenga un diseño diferente a lo que se veía por entonces, que también, era un tanto peculiar por su apartado técnico, concretamente por su motor.
Todo comienza en 1968 cuando Kim Newcombe. Un mecánico de motores marinos aficionado a las carreras de barcos y al moto cross, se asoció con el conocido diseñador y especialista en motores fueraborda alemán Dieter König. Newcombe, en ese momento, se puso a los mandos de un proyecto que el propio König había comenzado y que no había finalizado, una motocicleta cuyo motor era un fueraborda, es decir, era un motor “de barco”.
El hecho de ser un motor destinado a mover una embarcación, le otorgaba algunas peculiaridades. Por ejemplo, era un motor de cuatro cilindros boxer, de ciclo “dos tiempos” y con 500 centímetros cúbicos. Podía rendir más de 80 CV, que en la década de los 70 era una cifra respetable. Hay fuentes en las que se indica una procedencia diferente, concretamente de un hidroplano, pero la fueraborda es la más comentada incluso en fuentes internacionales.
Dicho motor se montó en un chasis fabricado ex profeso con tubo de acero y se vistió con una carrocería, obviamente, fabricado igualmente para la ocasión. La imagen de la motocicleta era un poco extraña, provocada por la posición del motor. Al ser un propulsor plano, se podía colocar muy alto en el chasis, lo que permitía un gran ángulo de inclinación, pero también provocaba que hubiera mucho espacio desde la quilla hasta el suelo. Parecía una moto de la categoría de 50 centímetros cúbicos por lo recogido de su cuerpo si la veías de lateral.

También era una moto bastante estracha, ya que el motor se montó en posición transversal –con el cigüeñal como referencia–, con los cilindros hacia delante y hacia dertrás y no hacia los lados como en una BMW o en una Moto Guzzi. Detalle que obligaba a tener una batalla un poco más amplia de lo acostumbrado en la categoría.
La Köning 500 demostró ser rápida y cerca estuvo de lograr coronarse campeona del mundo en 1973 con Newcombe a los mandos, quien, por cierto, era muy aficionado al motocross, pero no a las carreras en circuito y tuvo que aprender sobre la marcha. No obstante, aunque rápida, nunca logró ser campeona por culpa de un accidente fatal.
El 11 de agosto de 1973, Newcombe habló con los oficiales de carrera de Silverstone, pues se había fijado que en la curva 15 –conocida como Stowe Corner–, no se habían colocado fardos de heno. Los oficiales, más preocupados por el hecho de ser reprendidos por un piloto por no hacer su trabajo que por la seguridad, no solo desecharon la solicitud, sino que amenazaron con expulsarlo de la carrera. Newcombe tuvo que dejar de insistir y participar con las condiciones que existían en ese momento.
Así, en la sexta vuelta, al entrar en la mencionada curva 15, los frenos de su König 500 fallaron por sobrecalentamiento y Newcombe no pudo mantener el control de la motocicleta. Fue directo hacía la zona donde deberían haberse puesto los fardos de henos y murió en el impacto.
La historia de su triunfo y tragedia quedó documentada en la película galardonada de 2005, Love, Speed and Loss y en el libro de Tim Hanna de 2010, The Kiwi on the König.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS