La Suzuki RGB 500 de 1983 no es otra cosa que una evolución más de la mítica Suzuki RG 500 de competición. Una moto que se hizo famosa porque fue la carreras- cliente más popular durante mucho años. Permitió ganar carreras gracias a sus motores de válvulas rotativas y elevada potencia, pero también a una suavidad y una facilidad de pilotaje que no tenía sus rivales, o eso al menos se decía en la época.
Suzuki anunció la retirada de su equipo oficial en las carreras de motos en 1968, aunque siguió presente en el campeonato mediante pilotos privados. Regresó en 1974 y lo hizo a lo grande, con la RG 500, aunque no tenía ninguna experiencia en la categoría. Suzuki había sido un fabricante muy competitivo en las categorías más pequeñas, en 50 y en 125, pero 500 era un mundo nuevo.
No obstante, se sirvió de su experiencia con motores pequeños y aplicó a su 500 las mismas soluciones. Lograron un motor con nada menos que 105 CV, pero llevarlo al máximo era agotador, y frustrante, pues solo tenía 1.000 revoluciones de régimen útil. El señor Barry Sheene les llegó a decir a la gente de Suzuki que ese motor no valía la pena, pero como era muy potente, al final acudió a Japón y ayudó en su desarrollo. También es cierto que, en realidad, el motor de la RG eran dos propulsores de 250 centímetros cúbicos unidos en uno solo.
La verdad es que Suzuki revolucionó la categoría con su motor de cuatro cilindros en cuadro y ciclo “dos tiempos” y después de que Sheene ganara el título, la parrilla se lleno de Suzuki que, además, eran capaces de poner en apuros a casi cualquier moto “de fábrica”. Y eso que era una moto relativamente frágil, ya que la válvula rotativa requería de muchas atenciones.
Aunque la moto tenía mucho éxito, Suzuki retiró su equipo oficial en 1983, aunque continuó con la producción de la RG 500 durante más tiempo. El último podio de la RG 500 fue en 1984, en Kyalami, con Sheene a los mandos. Regresó en 1987 con un nuevo motor V4, pero antes de eso, una Suzuki RG 500, con Niall Mackenzie a los mandos, se colocó en la primera línea de parrilla en 1986. Algo impensable en aquellos años.
La revista Solo Moto pudo probar la Suzuki RGB 500 de 1983, la versión carreras cliente, algo que antes hacían muchas publicaciones y que era toda una gozada. Según aquella prueba, la moto no era, ni mucho menos, sencilla de pilotar, era una máquina muy física, exigía brazos fuertes y mano firme para cambiar de dirección; era muy cansado. Sin embargo, destacaba por una marcadísima suavidad de mandos, un acabado muy cuidado y un tacto agradable.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS