Hay que arriesgar y en un momento en el que todos hacen lo mismo, es la mejor ocasión para innovar. La transición sostenible parece que ya está a la vuelta de la esquina y lo hacen con modelos que consumen menos y emiten menos emisiones. Ahora, ha llegado una nueva endurera, la Ozy 30x, una moto que no pasa desapercibido, y eso que sus números son bastante buenos para una moto como de la que estamos hablando.
Normalmente, estos modelos se quedan siempre a medio gas, pero parece que no es así con este modelo. La moto desarrollada en Perth por parte de la empresa ON Powersports, está dispuesta a romper con algunos de los límites que hay en el sector. Con una potencia que parece que está un paso por delante del resto de su segmento, y lo hace con tecnología que permite que puedas disfrutar de todas sus prestaciones.
Su diseño habla por sí solo. La ves de lejos y dices, es una moto que puedes ver en cualquier lugar compitiendo y sin caer en la apreciación de que es una moto eléctrica. Lo hace con un diseño que rememora a los mejores modelos que hay en el mundo de la competición, seguro y sobre todo, bastante ligero, que es algo que se busca en el sector.

Un motor que rinde lo suficiente
Cuando han diseñado esta moto, se han propuesto que tenga lo suficiente para que estén luchando contra las mejores marcas. Para hacerlo posible cuenta con un motor eléctrico de 32 kW, es decir, unos 43 CV de potencia junto a un par motor de 707 Nm, que está situado sobre la rueda trasera, el cual llega a ofrecer una aceleración lineal y con pocos tirones, que es algo más que necesario en este tipo de moto, que siempre ha estado bajo el foco de la crítica por las posibles pérdidas de potencia temporales.
Si nos fijamos en su batería, vemos que han querido incorporar una batería de iones de litio de 4,4 kWh, que ofrece una autonomía de 3 horas para circuitos de enduro y puede llegar a cargarse en 2 horas máximo. Con la intención de que se mejore su vida útil, cuenta con un sistema de gestión, BMS, que permitirá que su rendimiento no tenga muchos altibajos.
Una moto que va a lo seguro
Los australianos han querido que sea una moto que puedan utilizar cualquier tipo de usuario, pero que lo haga sin perder un ápice de profesionalidad. Para ello, cuenta con un chasis de acero al cromo – molibdeno, que ofrece esa rigidez que todos necesitan en una moto de sus peculiaridades. Conscientes de que hay varios tipos de usuarios, han querido que sea una endurera bastante especial.
Los australianos han lanzado dos versiones distintas. Por una parte, la Standard que es para los menos experimentados, que viene con unas suspensiones G-ForceX, mientras que el modelo con la versión Factory apuesta por KYB, frenos Nissin. La primera de ellos tiene un precio de unos 8.399 euros, mientras la tope de gama tendrá un precio de 10.399 euros.
Alejandro Delgado
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