Aquí viene Benda a recordarnos que cambiar de marcha está sobrevalorado. La Rock 707 apuesta por el cambio automático, para que puedas centrarte en lo que de verdad importa: ir bien plantado y que te miren. Perfecta para los que quieren rodar con actitud sin complicarse la vida. ¿Es la moto de los vagos? Tal vez. ¿Nos importa? En absoluto.
El mercado de las motos cruiser han sido un territorio dominado por marcas japonesas y americanas como Harley-Davidson, India, Yamaha e incluso Honda, que han reinado durante décadas en este segmento donde el diseño retro y la experiencia de conducción son muy características. Sin embargo, fabricantes chinos han empezado a abrirse paso en este terreno, donde la Benda Rock 707 es un claro ejemplo de la ambición de esta nueva hornada.
Benda, que es una marca relativamente emergente, sigue apostando por su revolución tecnológica. En un momento donde muchos fabricantes chinos se centran en modelos económicos, Benda quiere demostrar que puede competir en un mercado puramente emocional. Lo hace con una moto que no busca ser práctica, sino despertar pasiones.
Un músculo moderno con personalidad propia
Visualmente, llama la atención desde cualquier ángulo. Su aspecto robusto, bajo y ancho, permite viajar al pasado y recordarnos a las grandes cruiser americanas, pero lo hace con un aire futurista que le da identidad propia. Con un faro LED circular, llantas macizas de aleación, depósito de formas angulosas y escapes laterales, se confirma que es una moto que viene con la intención de destacar.

Los acabados sorprenden positivamente, con algunos detalles cromados, un esquema de pintura trabajado y un diseño que parece que sea de bajo coste. La posición de conducción es baja, con un manillar ancho y los pies adelantados. El asiento es cómodo, mullido y dispone de un respaldo para el pasajero.
A esto hay que fijarse también en los detalles tecnológicos que se integran al diseño, como la pantalla TFT, los intermitentes o el sistema LED. Se confirma que con todo ello se cumplen las expectativas de las motos de este tipo, que no es otro que atraer miradas, con una mezcla de respeto a la tradición y valentía para incorporar la modernidad.
Un motor sofisticado
El corazón de la Benda Rock 707 es un motor V-Twin de 698 cc, refrigerado por líquido y que ha sido desarrollado por Benda. Este propulsor, que es capaz de entregar 76 CV de potencia, lo sitúa en el rango medio de potencia, con un par próximo a 70 Nm. Unas cifras no muy deslumbrantes, pero sí resolutivas.
Con una entrega de potencia muy utilizable desde bajas revoluciones, ideal para una conducción relajada y fluida. Eso sí, tiene un régimen de giro más amplio, que permite circular de una manera ágil en esos tramos más revirados. A esto tienes que sumarle un embrague semiautomático electrónico, que permite hacer cambios sin accionar la maneta del embrague.
A esto les tienes que sumar distintos modos de conducción que ajustan la respuesta del acelerador y el comportamiento general de la moto, adaptándose así a diferentes escenarios. Al mismo tiempo tiene control de tracción desmontable, lo que hace que sea una conducción moderna, fácil y con un buen nivel de prestaciones.
Un salto adelante sorprendente
Si hay un apartado donde la Rock 707 destacaba ante la competencia, es en el del equipamiento tecnológico. Pocas cruiser del segmento medio, pueden presumir de una dotación completa como esta. El cuadro de instrumentos completo, está compuesto por una TFT en color, que muestra la información más variada, incluyendo la presión de los neumáticos con un sistema TPMS integrado.
Con un control de crucero adaptativo, poco habitual en su segmento, permite que tengas una experiencia única, con confort y seguridad en viajes largos por autopista. A esto también tenemos que añadirle un sistema de suspensión trasera neumática adaptativa, gestionada por una IMU, que detecta las condiciones de la pista.
Con unos 260 kg en orden de marcha, es una moto noble, con chasis de acero y unas suspensiones adaptativas, lo que hace que tengas un equilibrio muy logrado. Eso sí, un punto débil es su protección aerodinámica, que es altamente mejorable, pero da un resultado bastante aceptable.
Si la Benda Rock 707 logra consolidarse, puede convertirse en la gran alternativa para aquellos motoristas que desean una cruiser diferente, moderna, con buenas sensaciones y un nivel de equipamiento difícil de igualar. No es solo una curiosidad exótica, sino una cruiser seria, convincente, y avanzada, que demuestra que los fabricantes chinos están dispuestos a desafiar los viejos dogmas del sector.
✔️ Lo mejor:
Cambio automático y estética de macarra elegante. Perfecta para ir a tu bola sin pelearte con el embrague.
❌ Lo peor:
El purista te mirará raro. Y sí, a bajas revoluciones puede que le falte un poco de chispa.
Alejandro Delgado
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