La Kawasaki ZX-10R Ninja cambió radicalmente para el año 2008, o eso al menos parecía con solo verla. Lucía un nuevo diseño algo más afilado, con un colín casi tan alto como la cúpula –¿o era una cúpula tan baja como el colín?–, unos faros más centrados y más pequeños y una petaca para el escape de un tamaño muy considerable. Una nueva imagen que ocultaba algunas modificaciones en apartados importantes, pero solo eso, cambios.
El segmento de las Superbikes sufrió un crecimiento casi exponencial cuando se abrió la normativa a los cuatro cilindros de 1.000 centímetros cúbicos. En ese momento, las deportivas “de litro” toaron otro cariz y la batalla que tenían las fábricas niponas se recrudeció más que nunca. Evolución tras evolución, detallito tras detallito, caballo tras caballo, las firmas japonesas se volvieron locas en una lucha sin cuartel que permitió una evolución nunca vista hasta ese momento.
Ahí están las deseadas Yamaha R1, Honda CBR1000RR, la casi intocable Suzuki GSX-R1000 o Kawasaki ZX-10R Ninja, verde que te quiero verde y con un motor que era todo poderío, pero también un tanto tosco en algunas generaciones de la moto. Por eso, la edición de 2008 era una moto muy esperada, tanto, que no faltaron las típicas fotos “espía” –que ni son espía, ni son nada de nada, todo sea dicho–. Se decía que era una motocicleta totalmente nueva, pero su punto de partida era la generación anterior.

Por ejemplo, el chasis, un tradicional doble de aluminio, era una modificación del anterior para otorgar un mayor feeling al piloto. Los ingenieros buscaron una mayor comunicación entre máquina y usuario, sin que ello supusiera merma alguna de sus características, tales como una gran manejablidad y una gran sensibilidad. Y no lo decimos nosotros, lo dice la prensa de la época y, obviamente, sus responsables. No obstante, es evidente que se trabajó con ahínco en ciertos apartados, como el basculante, las geometrías del chasis y la rigidez lateral.
El motor también sufrió numerosos cambios, con el objetivo de ganar potencia, respuesta y tacto. Se cambiaron cámaras de combustión, puertos de admisión y escape, válvulas, los perfiles de las levas, se añadió un segundo inyector, se montaron nuevos cuerpos de acelerador, la bomba de combustible era más potente… Y por supuesto, el famoso RAM Air, que le permitía disfrutar de un ligero aumento de potencia a alta velocidad, también se rediseñó, al igual que el escape o la caja de cambios, que montó relaciones más cerradas –primera, cuarta y quinta–
La Kawasaki ZX-10R de 2008 se ganó la fama de ser la Superbike más potente con sus 188 CV a 12.500 revoluciones y sus 113 Nm a 8.700 revoluciones. Era, sin lugar a dudas, una bestia, aunque visto desde los ojos de un usuario de 2025, se queda un poco lejos de las motos más potente de la categoría y, claro está, de su heredera, aunque la marca presumía de alcanzar los 200 CV a alta velocidad al mismo régimen, gracias al RAM Air.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS